TIBISAY VARGAS ROJAS |
A Fabiola
No quiero llorar más
sobre esta manzana
desteñida de gusto
en destierro
toda fruta es tasada
huérfana de paraíso
deambulo desnuda
por calles angostas de afecto
mi oído de lengua trabada
no comprenderá el lenguaje
de algún dios que me requiera
no temeré castigo
harta de abrojos
si me encuentra
ya que polvo soy
sin regreso.
TIRADA
No hace falta barajar
ajustar la forma correcta
para distribuir
las cartas ya están abiertas
sobre la mesa de este no país
salvados los escollos
del arrepentimiento
la lectura cifró a los descartados
uno a uno aparecieron
colmados de los atributos
de sus miserias
no hay salida
posibilidad de escape
para todos estos arcanos
mayores en el abismo
de la resignación.
LAMENTO DE SIBILA ENTRE CALIMA
Ciego de las sombras terrestres
morirás con los ojos abiertos.
Paul Eluard
Me han sido esquivas las nubes
el vuelo de los pájaros
la hoja desprendida que parte en dos
el verde y el ahora
de cenizo y triste desvarío
mi voz se colma de lastimaduras
mi lengua cede al lamento
queda confusa ante el sol de cielo trasmutado
en oro falso, irrespirables vahos
no me sirven tampoco los oídos
caracolas vaciadas de mar esquivo
¿qué he de hacer, Señor
con estos días
de cuenta larga que suma sobre resta
qué he de hacer con tanto
de tan poco?
LABERINTO DE FAUNOS
Agarra la tiza
traza todas las puertas
que te quepan
en el modo de abrirlas
está la clave
para salir del laberinto
no hacen falta llaves
siempre fue asunto de vuelos
termina el sueño
porque el monstruo despierta
y cerrar tras de ti
no te libra.
*
Voy a ritmo de cincel
trozo a trozo
emerge un brazo
y asirme es el primer desacierto
tras la mano
empeñosa herramienta
del destino
sabe contar los días
pide
niega
empuña
y tiembla
si deshoja margaritas
nada más frágil
cuando el último pétalo
no me quiere.
*
Oh Señor, que pase
este cáliz
que me escuece las horas
lo poco de día festivo
que a bien tenga
y me deja el pecho y la garganta
llenos de viejas
amarillentas estampillas
sin sello, sin viaje
sin poderlas pegar
siquiera a sobres
de buenas nuevas
porque me la paso arrodillada
en este jardín sin olivos
temerosa de judas, soldados
y juicios
que terminan en pena de muerte
para niños
que se juegan el todo en las calles
por su derecho
a sentarse una vez más a la mesa
y a dormir
como Tú mandas.
*
Que mañana habrá guerra, ¿es cierto,
y ya nunca jamás seré grande?
Robert Rozhdéstvenski
Mira bien el cielo
mira bien la tierra
toca la hoja
deja a la hormiga
recorrer tu brazo
el que lanza la pelota
y empuña victorioso las canicas
muerde la galleta, ensalívala
que su dulce corazón invada tu boca
por todos los besos nunca dados
cuenta los creyones
sácales punta
dibuja la casa árbol sol
y nube como siempre
la haces tuya y nadie
podrá discutirte su color
es tu amparo
tu castillo
pequeño rey de naipes
allí renaces
como un dios.
Tibisay Vargas Rojas. Escritora venezolana (Caracas, 1961). Licenciada en Educación, Mención Lengua y Literatura, por la Universidad de Carabobo. Especialista en Docencia Universitaria. Facilitadora de Talleres Literarios: CONAC, CENAMEC, Casa Nacional de Las Letras “Andrés Bello”, entre otros. Sus publicaciones han aparecido en periódicos y revistas nacionales e internacionales. Ha publicado los poemarios Llana palabra (1993), Pasollano (1993), De humo y sal (1998), Tachaduras (2000), Tema de miseria (2002-2019), Poemas Patacaliente, selección de poemas (2003), De un patio a otro (2005), Tercera Persona (2008) y Poemas (2009). Premios nacionales en poesía: Ipasme (1992); “Rafael Rivero Oramas”, (1997); Tercer lugar del I Concurso Nacional Interuniversitario de Poesía (1998); I Premio del Concurso Interuniversitario de Poesía Cuam (2001) y calificación en el IX Concurso Nacional de Literatura Infantil “Miguel Vicente Patacaliente” de la Fundación Cultural Barinas (2003).