Giselda Medeiros |
EN LINO Y SEDAS
Tu cuerpo –acuario de mis ansias–
envuelto en lino y sedas de remembranzas,
transita cálido en mis pensamientos
bajo un feroz y líquido silencio.
Solamente escucho el son de tu flauta…
Y ese rumor que de ella viene me excita,
aria de sol, de sal, en mis carnes,
latidos de emoción, labios de éxtasis.
En tanto, indiferente a mis llamados,
duermes cual río impreso en el paisaje
que escurre de tus dedos hechos harpas.
Y el son que viene del lino y viene de las sedas
sube, crece, se desparrama y me ahoga
del pensamiento a las oscuras alamedas.
SOLO DE FLAUTAS
Esta expresión cenicienta de mis ojos,
bajo ásperos azotes, cual cilicio
expiándome el dolor por sobre las horas,
es la vaga mañana con sus bullicios.
No miran mis ojos, sólo acechan
las ventanas que el dolor, una por una,
cerró, poniendo cortinas de silencio,
en las cuales el grito imprimió sus quejas.
Esta expresión cenicienta de mis ojos
son balsas llorosas sobre las olas,
son vanos crepúsculos sobre las arenas.
Pero, de repente, flautas y canciones
del árido solo de mi pecho se vierten
bajo la batuta lírica de un verso.
INSTANTE AL ESPEJO
Me miro al espejo de la fantasía
y veo que hay sal en mis párpados insomnes
desde muchas auroras.
Veo el frío pálido en mi piel
intocable… desde muchas lunas.
Y veo la tímida gota irisada
en cascada sobre mi cara
lívida desde la última travesía.
El espejo en que se mira mi cara
parece el mismo, gente, ¿saben?
Tiene envidia y se muestra enojado
cuando parece estar feliz.
Pero, si las tristezas tremulan en mi mirar,
de pronto, hacen resplander mi rostro
y teje una aureola fingida de luz de luna.
Oh, infiel espejo mío,
decime ahora, vení:
Cuál de los dos sabe fingir mejor…
¿Eh?
CONTENIDO Y CONTINENTE
Poeta,
¡¿de qué barro,
de qué aguas,
de qué materia
viene tu rima,
si ella es tan rara
y embriaga las retinas
ávidas de perlas,
y de luz, y de canciones?!
Llueve emoción con tu verso…
Y tu poesía es aceite y lámpara,
hilo y tela, cuerda y harpa,
ala y vuelo, luz y estrella,
agua y río,
pájaro que se posa
sobre la amargura de la vida
enterrando espantos
y despertando mitos.
Tu poesía gotea sobre nosotros
como el rocío sobre el pétalo,
tan leve y cristalina…
Poeta, respondenos:
¡¿de qué barro,
de qué aguas,
de qué materia
viene tu rima,
si tu mano guía, en el invisible espacio matinal,
el ritmo y la palabra
que comienzan a danzar en las madrugadas
envueltos en el cecear de la brisa,
para explotar en versos sobre tu frente?!
Tú cantas, Poeta,
la amargura de la vida
con la misma sencillez con la que lloras
el amor soñado, enclavado en las estrellas.
Tú eres el territorio del sentimiento.
Tú eres el infinito que se abre para contener el sueño.
Tú eres el canto de la saudade
evolcionando en las alas del pájaro del amor.
Por eso, poeta, vení y decinos:
¡¿de qué barro,
de qué aguas,
de qué materia, en fin, viene tu primorosa rima?!...
CANCIÓN CASI TUYA
Por estos lados deambula
una canción sin memoria,
¡que canta dentro de mí
como pájaro en un nido!
¡de plumaje tan blanquito!
Mi labio se humedece
de las notas. Y, hecho plegaria,
quiere cantar… y quiere volar…
llevar además la canción
y ponerla en tu mano.
Esta canción va conmigo;
ella es mi identidad,
por donde yo voy, mi amigo,
a buscar la felicidad.
Iremos juntas –arcoiris–;
yo azul, ella lila;
los otros colores… quien sabe…
permanecerán en tono dorado
de fantásticas estrellas
coloridas de saudade.
La canción quiero enseñarte,
tañedor de mi vida,
antes que se adormezca el Arte
y perdure inacabada
nuestra canción más querida.
* Todas las piezas pertenecen a Ânfora de Sol (Fortaleza, RDS, 2010).
** Traducción: Demian Paredes, Buenos Aires, 2023.
Giselda Medeiros (1939) es escritora y profesora, y miembro de la Academia Cearense de Letras. Su obra recibió premios y distinciones, y en 2002 fue proclamada “Princesa de los Poetas de Ceará”. Es autora, entre otros libros, de Alma Liberta (1986), Transparências (1989), Cantos Circunstanciais (1996), Tempo das Esperas (2000) y Caminho de Sol (2015).