Durmiendo
Él durmió sobre sus manos.
Sobre una roca.
Sobre sus pies.
Sobre los pies de algún otro.
Él durmió en micros, en trenes, en aviones.
Se durmió estando de guardia.
Se durmió a un costado de la ruta.
Se durmió apoyado en una bolsa de manzanas.
Él durmió en un baño público.
En un galpón.
En un estadio.
Durmió en un Jaguar descapotable
y en la caja de una camioneta.
Durmió en los teatros.
En la cárcel.
En barcos.
Él durmió en casillas deshechas y una vez en un castillo.
Durmió bajo la lluvia
Durmió expuesto a los ardientes rayos del sol.
Durmió sobre caballos.
Durmió en sillas, en iglesias, en hoteles de lujo.
Él durmió bajo techos extraños toda su vida.
Ahora él duerme bajo la tierra.
Duerme y seguirá durmiendo.
Igual que un rey antiguo.
El rasguño
Me desperté con una mancha de sangre reseca
sobre uno de mis párpados. Con un arañazo,
que atraviesa mi frente. Pero, estos días
he estado durmiendo solo.
Y me pregunto por qué un hombre, incluso en sueños,
alzaría su mano contra sí mismo.
Esta mañana pretendo responder esta pregunta
y otras similares, mientras estudio mi rostro
reflejado en los cristales de la ventana.
Memoria
Frente a la caja del supermercado ella le pone
la mano sobre el hombro. Pero, él se niega
a irse con ella, y sacude su cabeza.
¡Ella insiste! Él paga. Ella camina
con él hasta su auto, un modelo grande, lo mira,
el auto le causa risa. Ella le toca la mejilla.
Ella lo abandona con las bolsas de comida
en la playa de estacionamiento.
Él se siente disminuido, un imbécil,
que debe hacerse cargo de todas las cuentas. RRRR rR Datos biobibliográficos del autor q.v. posteos anteriores.