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martes, 30 de abril de 2024
Una generación va (Affonso Romano de Santanna, Brasil)
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Affonso Romano de Santanna,
Brasil
jueves, 25 de abril de 2024
Reynaldo Sietecase: Poemas
CÓMO ESCONDER A UN ELEFANTE
Es igual a un poeta
solo un poco más grande
Visto de cerca
es macizo
Pintado a lápiz
Inocultable en su propia torpeza
¿Para qué sirve un elefante?
Es igual a un poeta
No sirve para nada
Inútil de tan gris
Un mamífero sólido
La conciencia del mundo
Una montaña que anda
certera y convencida
de su porte imponente
de sus debilidades
Cada quince minutos
alguien mata a un gigante
A este ritmo asesino
en pocos años
África quedará huérfana
de su memoria prodigiosa
No azotará la tierra
el tremendo retumbar de sus patas
Imposible salvarlo de las balas
Solo puede ocultarse un elefante
en una manada de parientes
Con el último caído
el motivo trivial del exterminio
se esfumará de golpe
El marfil de sus cuernos
será apenas recuerdo
en collares y adornos
La codicia es más grande
que cualquier elefante
Sin la bestia suprema
nada será lo mismo
Estaremos más solos
que cuando éramos niños
y un bicho de ese porte
podía balancearse
sobre la tela delgada
de un poema.
EL TIEMPO NO VIENE COMO ANTES
Todo era más lento
Las gambetas
El camino a tu boca
Los almuerzos familiares
El último cigarro
La siesta obligatoria
El tiempo nos perdía
y ni nos enterábamos
Había trenes a cualquier sitio
parientes lejanos
misterios sencillos
picados en la tierra
películas en continuado
guerras de agua
verdad sin consecuencia
vermú del mediodía
La nostalgia era un veneno
apenas conocido
Mi amor se sellaba en un beso
El futuro
quedaba en el futuro
Nadie se moría de improviso.
PENSAMIENTOS DE UN PEZ
Y si no salgo
Y si me quedo a vagar
en el fondo del río
Sin la incertidumbre de la espera
viendo pasar a mis vecinos
y alentando el crecimiento de las huevas
Y si muero de viejo
sin que un anzuelo me desgarre los labios
Y si no acepto mi destino de cena
Y si resigno mi lugar en la parrilla
que se extiende en la arena
Y si escapo a la mesa del isleño
Y si burlo a mi suerte
y me quedo con todas las escamas puestas
hasta que el dios del agua lo desee
Y si en el Paraná no hay red
ni carnada que pueda convocarme
Y si elijo nadar
Y nadar por nadar
sin que me pesquen.
Reynaldo Sietecase (Rosario, 1962) Poeta, novelista, cuentista, cronista y periodista. Su último libro
publicado es Lengua sucia (antología poética).
publicado es Lengua sucia (antología poética).
Esencialmente poeta. Ha desarrollado una voz propia que se refleja en los otros géneros en los que ha incursionado y que halla el giro poético, inesperado e iluminador, que nos brinda una perspectiva renovada de los días y las cosas.
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Reynaldo Sietecase
lunes, 22 de abril de 2024
ALFREDO VEIRAVÉ: ARTE POÉTICA COMO CIENCIA DE LA NATURALEZA
Yo, Bertolt Brecht, vengo de los montes negros…
César Vallejo ha muerto, le pegaban / todos sin
Que él les haga nada…
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas…
No sé cual de los dos escribe estas página.
Las ciencias etimológicamente nacen del saber
Y se dividen en teóricas, prácticas y poéticas.
Las poéticas son ensoñaciones cósmicas
Bachelard dice de sus fenomenologías
que las imágenes son novedades
o sea, abren un futuro en el lenguaje
y,
una de las últimas verdades desde la
Poética de Aristóteles,
que el mundo real es comido
por el mundo imaginario.
Así en el futuro se denominará
Ciencias Naturales
a todo texto que sea un invento geométrico
de la nueva vida de los hombres.
Y el método?
No podrá exigírselo a quienes hayan comido del fruto del inconsciente.
De esa manera, querido lector, estos poemas son incursiones
Robinsoncruceanas
el viaje en el mar por la ruta azarosa de Moby Dick,
por las selvas del texto que contiene la codicia de
Hernán Cortés ante los tesoros del oro,
en suma
una expedición encabezada por un cazador de
especies exóticas
que le han sido encargadas para un museo de las mutaciones,
para un circo de animales naturales en el laboratorio de la imaginación
con algunas ciencias y cartas personales.
Alfredo Veiravé (1928-1991) Poeta, ensayista, docente.
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ÁLVARO DE CAMPOS: CALLOS A LA PORTUGUESA
Un día, en un restaurante, fuera del espacio y del tiempo,
Me sirvieron el amor como callos fríos.
Dije delicadamente al jefe de cocina
que los prefería calientes,
que los callos (y eran a la portuguesa) nunca se comen fríos.
Se impacientaron conmigo.
Nunca se puede tener razón, ni en el restaurante.
No corrí, no pedí otra cosa, pagué la cuenta,
y me fui a pasear por la calle.
¿Quién sabe lo que esto quiere decir?
Yo no lo sé y a mí me pasó…
(Sé muy bien que en la infancia toda la gente tuvo un jardín,
particular o público o del vecino.
Sé muy bien que jugar era nuestro único mandamiento
y que la tristeza es de hoy.)
Esto lo sé de sobra,
pero, si pedí amor, ¿por qué me trajeron,
a la portuguesa, callos fríos?
No es un plato que se pueda comer frío
y me lo trajeron frío.
No me quejé, pero estaba frío,
no se puede comer frío pero llegó frío.
(Versión Octavio Paz)
Álvaro de Campos -Fernando Pessoa (1888-1935)
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domingo, 21 de abril de 2024
Alejandro Elissagaray: Feria del Libro
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sábado, 20 de abril de 2024
#PoesíaEnCasa con… Félix Grande
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viernes, 19 de abril de 2024
Mario Trejo: Poemas
EL INSOMNE INSUMISO O SOBRE LOS ALCANCES
DE HABLAR DE OTROS TEMAS
Hemos hablado toda la noche de cómo va el mundo
Fue una buena comida
abundante y sin lujos
entre viejos amigos
Alguien recordó a Saint Just
los que hacen revoluciones
los que quieren hacer el bien
no deben dormir más que en la tumba
Miramos el fondo de las copas
paladeamos el vino
y hablamos también
de secuestros de aviones
y personas desaparecidas
y cadáveres abandonados
en arroyos taciturnos
Discutimos la diferencia
entre el secuestro de un tornero
y el rapto de un embajador
su precio en moneda diplomática
Alguien aclaró la distancia
entre guerrilla y terrorismo
cuestión de objetivos
de víctimas y medios
de razones y llantos.
Una y otra vez tocamos el tema
de los intereses nacionales
es decir
del interés nacional
que entierra los gestos heroicos
y los riesgos de la guerra
el ausente con permiso de los chinos
en Vietnam, Bangladesh e Indonesia
de los americanos en Praga
de los rusos en Santo Domingo
y de las tropas de etcétera en el país de etcétera
Pero volvíamos siempre al punto de partida
la tortura y sus técnicas
oficio que ignoran el virus y el tigre
el escorpión y la culebra
viciosa búsqueda de la verdad
mundial y sin secretos
Como de costumbre
estuvimos de acuerdo en que poco o nada se arregla
con canciones y puestas en escena
con rituales de cámaras y luces
y palabras elegidas con pasión y paciencia
Para qué repetir que un poema no devuelve la vida
La película ha terminado y el cine continúa
Yo no soy el hechicero de una tribu profética
Por fin resolvimos que
de todos modos
es peor el silencio
que hablar es algo más que una droga
Porque la verdad es verdad
sólo cuando es pronunciada
golpeada a veces
a puro y torpe corazón
Porque no hay tiempo que perder
Pero supimos también que vale la pena salvar un minuto
Para recordar que a la verdad también hay que pensarla
El blanco de la verdad es la eficacia
Cabeza fría y corazón caliente
Cálida sobremesa
discretamente alcohólica
entre viejos amigos
La verdad
nos dijimos
no es ni fea ni bonita
Pero igual deberíamos salvar otro minuto
para el poeta que hay en todo hombre
para que pueda sin temor
perder la ilusión de que cuando termina la belleza
se acaba la verdad
para que pueda realizar la ilusión
de que donde acaba la verdad termina la belleza
como en estos discos de Bach o de los Beatles
que giran hoy a 33 revoluciones por minuto
Nos callamos un rato
Cómplices en saber que la bestia humana
Sólo sonreirá cuando verdad y belleza sean una sola cosa
Insomnes
hablamos toda la noche
Insumisos ante el poder de la palabra
Convencidos de que las ideas
sólo se redimen en la práctica.
A Umberto Eco y Luis J. Prieto,
Santiago de Chile, 1972.
EL BELLO ERROR
O DE LA DELICADEZA DE EXISTIR
Hablaré de aquella cuyas piernas se asemejan a un gesto
La que se arroja desde lo alto de sus ojos
Desde lo oscuro de su cuerpo
La que me quiere con delirios
Con escándalos y silencios
La que tiene palabras para los otros
Y una sonrisa para nuestro secreto
La que dispone de un minuto para el mediodía
De su vida para siempre
De mi amor para la eternidad
Ella, que tiene la debilidad de esperarme
Y la manía de quererme
Tú, donde el error se hace acierto o belleza
Tú, que tienes la delicadeza de existir
UNA TRADUCCIÓN
Qué he hecho yo sino la ausencia?
Qué he hecho yo sino el dolor?
El viento se oculta en la brisa
pero las ramas no se mueven.
Ni curiosa ni melancólica
esta aventura de no ser
tan fugazmente como lo sido.
Una y otra vez volveremos
convalecientes de salud
a pisar la fastuosa y crujiente
ceremonia otoñal.
PÁNICO EN VALPARAÍSO
Para los invencibles corazones
agua de invierno acero de verano
para las invencibles convulsiones
del amor en la boca del alba
Para los deslumbrados por las bellas palabras
y las grandes mentiras
nosotros
los que erramos en la primera oportunidad
y ardimos en lo verdadero y en lo falso
congregados bajo una lluvia sagrada
los ojos obstruidos por la melancolía
y a veces por el sol de otra patria
Para nosotros el cielo transcurre de un día a otro
arrastra un hotel llamado Septiembre
multitudes perdidas en los pasos del lobo
incendios entrevistos desde lo alto de la ciudad
muertes
secretos
y otras manos solícitas
En vano nuestro amor gestionaba un acuerdo
de noche junto al mar de voz sin atenuantes
juntos como cobardes o reyes ateridos de locura
gastando el tiempo
descubriendo el margen de la ley
dándole a nadie el espectáculo de nuestro amor
Así luchamos y así caeremos
exhaustos como las medusas del anochecer
mientras los jóvenes invictos celebran el alcohol
y conmueven la carne
elegantes mujeres de una edad que tuviste
ricas y jóvenes vencedoras y alegres rivales
Ellos acaban de ganar el torneo que nosotros perdimos
y hablan a los gritos y es verano
y pronuncian París
y recuerdan la noche de Los Ángeles
Ahora nuestras manos están colmadas por la fiebre
y los kilómetros rendidos a nuestro paso
sstán otra vez lejos y tal vez para siempre
como las leyes que gobernaron nuestra vida
ese desorden secreto para el que fuimos hechos
como fueron hechos nuestros nombres
en boca de todos y en los ojos de nadie
Bajo las águilas inmensas que devoran mi boca
reclamo tu presencia
tu mirada inmediata
tu cuerpo silencioso construido para residencia de mis dioses
Mario Trejo, Esteban Moore, Alberto Vanasco |
Mario Trejo (1926-2012) Poeta, dramaturgo y periodista. Premio Casa de las Américas –poesía, Premio Municipal de Buenos Aires (Teatro, compartido con Alberto Vanasco).
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jueves, 18 de abril de 2024
domingo, 14 de abril de 2024
SANTIAGO RODAS: Poemas
BOLSAS DE PLÁSTICO
Bolsas de plástico,
vacías,
negras,
giran
entre remolinos invisibles
en la calle.
Una de mis tías
me explica cuándo
vendrán por ella
los extraterrestres.
Pienso
cómo será todo esto
cuando esté muerto.
La misma tía a la que le
asesinaron
un hijo de 15 años.
Recorro
barberías de raperos,
remontadoras de calzado,
pollerías,
cajeros de Bancolombia,
discotecas de reggaetón.
En mi barrio
se regó el rumor de que
alguien descubrió un millón de pesos
en la basura.
Ahora casi todos miran,
con disimulo,
entre las bolsas.
Dicen que, buscando dinero así,
uno se encontró una cabeza,
sin su cuerpo.
Las bolsas siguen
girando
en la noche, por el viento.
Y la noche,
entre las bolsas,
gira
también.
CENIZAS
En la región de Juan Frío,
en el municipio de Villa del Rosario,
a orillas de río Táchira
construyeron un horno crematorio
para desaparecer los cadáveres
de Cúcuta y los Llanos.
Las prácticas de antes eran rudimentarias:
quemaban los cuerpos en cualquier parte
con llantas de camiones y gasolina,
pero en el monte
quedaban restos
que la Fiscalía podría reconocer.
“Yo recibo órdenes, de políticos y militares
para no aumentar las cifras de homicidios del país”.
Explica en una audiencia Armando Rafael Mejía, alias Hernán.
El horno lo pensó Carlos Castaño y lo concretó un hombre apodado Gonzalo.
Pregunta de la Fiscalía: “¿Y los restos que no se incineraban,
como la mandíbula, los dientes o las prótesis?”
Respuesta de alias Hernán: “Se quemaba totalmente todo. Doctor,
a eso se le echaba un balde o tres de agua y
eso se volvía nada”.
“Pero yo no me ponía a mirar porque eso es duro, doctor,
eso de incinerar y desaparecer gente”.
Ya no necesitaban llantas,
tenían nuevas y más eficientes técnicas,
una infraestructura,
para no dejar pistas,
para que en vez de cuerpos
no hubiera nada.
Sin embargo, después de cada quemazón
casi siempre quedaba un polvillo negro
que ya no se calcinaba más.
Se procedía, entonces, a
enterrar las cenizas cerca de los árboles
que, después de un tiempo,
florecían
o daban frutos dulces y sabrosos.
LOS TIEMPOS DEL REGGAETÓN
En un principio
odiabas a los que
escuchaban vallenato romántico
porque eras un alternativo.
Entre tus casetes no había otra cosa
que no fuera Fértil Miseria,
Mutantex, I.R.A,
música alternativa
Portabas con orgullo
una camisa
que decía:
No más reggaetón.
Aun así
entrabas en los bailes del barrio
que mutaron,
no sabes cómo,
de la cumbia
y el porro
al merengue house y después,
como si una bomba hubiera caído en la ciudad,
todos cantaban y bailaban
Dembow, dembow, dembow, me vuelve loco bailando el dembow.
Te quedabas en una esquina, mirabas,
tomabas ron con gaseosa en un vaso de plástico,
perplejo,
sin poder hacer nada
sin que nadie te invitara a
perrear,
porque eras un alternativo.
Hiciste una apuesta con alguien:el reggaetón muere en dos años, máximo,
como la champeta.
Por su puesto, perdiste.
Pasaron los años
con los ritmos caribeños respirándote
en la nuca.
Cruzaste el bachillerato
a brazadas
huyendo de las invitaciones a
conciertos de Tego Calderón
De Ivy Queen, Daddy Yankee.
La ciudad en la que vives
se declaró La capital mundial del reggaetón.
Tus amigos rockeros
consiguieron novias, trabajos, una vida
y bailaron en discotecas
hasta la madrugada
con el tun tun del dembow
moviendo los hielos de sus tragos.
Hace poco
te dijeron: estamos en los tiempos del reggaetón.
Mantuviste la cabeza
gacha, pensativo.
Por un momento recordaste
ese habitante de la calle
sin camisa, flaco y mugroso
que, al pasar a tu lado,
tarareaba, abstraído,
una canción que decía
yo te miro y te imagino con ropa haciendo el amor, en la disco bien arisco
con una convicción afilada,
parecía que para él no había nada más en el mundo.
Y respondiste:
sí, estamos en los tiempos del reggaetón.
Mientras te cruzabas de brazos
y mirabas las montañas, la luz,
las Torres del Padre Amaya,
la tarde, que se vuelve noche.
ASTILLAS EN LAS MANOS
Armar un convite
para desmontar el techo de una casa
devorado por el comején y la humedad,
sustituirlo por uno con madera buena.
Descargar las tejas,
debajo de ellas
encontrar cúmulos de tierra y musgo
de los más de 50 años
que el ciclo natural de las lluvias
reunió con estoicismo.
Desmantelar con las manos la cañabrava
que servía de soporte de las tejas,
sentir las astillas negras que hieren la piel.
Descubrir tubos de luz en las habitaciones
en las que murieron los abuelos.
Ver la casa despojada de su seguridad
atávica y familiar.
Quitar un techo con las manos,
poner un techo con las manos.
Sopesar el peso muerto y arenoso
de la madera vieja,
la certidumbre de la nueva.
Palpar la fragilidad del cemento,
medir la potencia de la lluvia
y su trabajo silencioso y residual.
Mirarse las manos sucias, con ampollas,
llenas de astillas.
Pretender descifrar los significados
que se ocultan en ese gesto,
y
no lograrlo.
LOS NOMBRES DE LAS COSAS
Levanto a mi gata,
y empiezo a decirle
los nombres de las cosas.
Ese es el cielo
esa es una calle,
aquella es la gente,
los buses, los árboles,
los postes de la luz.
Ese es el vacío.
Un edificio, una nube,
un policía, una piedra.
Eso es el azul.
Ese es el sol cuando se esconde entre las montañas.
Este soy yo.
Y mi gata mira las cosas,
me mira
y yo supongo que entiende,
algo debe entender
en las palabras que le digo
a ver si reacciona
a algún sonido,
una inflexión
pero empieza a tensar su cuerpo,
se retuerce hasta que
me obliga a soltarla.
Desde el suelo me mira
sin interés y se pone a hurgar entre las plantas
que no son plantas para ella,
las cosas
que no son cosas para ella
ni yo
que no soy absolutamente
nada más
que una masa de carne
que la alimenta,
que emite ruidos
y le señala con el dedo.
Santiago Rodas es un poeta, editor y profesor universitario nacido en Medellín, Colombia, en 1990. Ha publicado los libros de poesía Gestual, Trampas Tropicales, Plantas de Sombra, Érase una vez un poeta. En España se publicó la antología Materiales Inestables (Ediciones Liliputienses, 2021).
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Santiago Rodas
LUIS BENÍTEZ: Poemas
ENTONCES, EL CANTO…
Cruza tu voz los círculos del sueño,
como si un dios antiguo te cerrara la boca,
¿detrás de qué otros cantos
sin estela en qué aguas?
Es de día en tu sueño bajo un sol diferente,
sonámbula a la vez en la orilla y el centro.
Oh no despierten a la elegida
en las profundas gargantas de las cosas,
que nadie, cruzando la habitación,
salte dentro del sueño
por caer en sus huellas sobre cuáles caminos;
nadie, ni los sonidos ni mi mano,
que existen en donde existe el tiempo,
agreguen sus llaves al enigma;
no cantas, eres tú la cantada.
En la mañana ardiente de los ojos cerrados,
escucha los susurros, las vetas minerales,
acaricia las sombras, reclama otra estatura,
la trae hasta los hombres.
CON OTRO OJO
La verdadera poesía está desnuda:
por eso estas palabras van dejando sus ropas.
La poesía debe ser la lengua
de la boca que dice la verdad,
la verdad que se agita y desprende
de ese núcleo vivo, no-vivo,
esa primera cosa que dejó
la huella que llamamos cosa
al llegar aquí.
Vivir, escribir poesía como quien talla madera,
buscando el eje viviente, que está en todo
en todos y es el mismo.
DESPUÉS DE LAS PALABRAS
Y ahora te devuelvo, te exhalo:
entre mundos contrarios siempre estarás perdido.
Doblemente exiliada, criatura del sueño,
entre aquí y allí, donde estás parada.
Serás mi huérfano en un mundo de emblemas
y te perseguirán la espada, el gancho y la fría risotada:
solo tú sabrás dónde queda Ítaca.
Serás mi huérfano en un mundo de emblemas
pero sabrás qué mástiles sostienen esas lágrimas:
conversaciones, teléfonos y rostros serán tu escarnio,
dos días tus verdugos, pero a ti te hará llorar una palabra.
No volveremos a vernos nunca y nos veremos siempre:
esta sola ironía hará que todo exista y se contemple.
Pero serás sagrado. Ítaca no se olvida de lo que arroja al mar.
Sabrás que en cada cosa y hombre hay una porción de tu isla.
Te asomarás a ella para verte desnudo, solitario, repleto de tu alma, intacto.
Tu isla será cualquier cosa: un fragmento de pan peculiar,
la insólita confirmación de esta noticia grave.
Tu isla será cualquier hombre. Pero será casi siempre
una puerta cerrada. Ítaca no se olvida de lo que arroja al mar.
Y así sabrás que Ítaca no existe y que no existe el mar.
Las dos caras de una moneda caerán sobre tu mano.
Serás sagrado y algún día (solo yo tengo tu Palabra)
Algún día todo será plenitud.
Ítaca inundará el mar.
CÉSAR VALLEJO
Por los corredores de la imaginación ir caminando,
libre y solo para siempre, como cuando era
y no sabía que era un niño,
hasta olvidar que estoy imaginando.
Que esta carne pesada, que orina y suda,
en una o dos ideas se resuma
o vuelva bien atrás, a esa casi nada
que casi nada ve en su cielo nublado.
Devuélveme al chimpancé o hazme solo literatura,
mas no me dejes la condición de hombre
Esto que todo lo pesa en mí
afuera no pesa nada.
Luis Benítez (Buenos Aires, Argentina, 1956). Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.) con sede en la Columbia University; de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina (SEA) y de la Asociación de Poetas Argentinos (APOA). Sus 36 libros de poesía, ensayo y novela fueron publicados en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México, Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay. Entre otros reconocimientos nacionales e internacionales, ha recibido el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); el Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); el Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); el Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); el Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); el Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Primer Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2008).
(Publicado en Altazor, Chile)
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