viernes, 25 de octubre de 2013

Claudio Portiglia: Poemas.


Claudio Portiglia






















SALUDO

Desde siempre supimos que hubo próceres y enemigos y batallas /
lo que no sé / ya grande / es de qué lado estuvieron los que habría acompañado / sobre todo cuando me reducen la historia a un juego de interpretación /

pero hay hechos que son incontrastables /
razones que exceden las mezquinas disputas académicas /
y costumbres y acciones cotidianas / en las que todos sabemos coincidir /

habrá que atar los puntos / me parece / de esta trama argentina /

en lo que a mí concierne /
provengo de una sangre usurpadora como la mayoría de mis compatriotas /
y este idioma que hablo / como ellos / es el mismo que habló el conquistador /
no puedo imaginarme sin embargo nacido en otra patria /
ni habitante de un país sin república /
ni forzoso tributario de un sistema que no abunde en justicia y libertad /

éste es el tamaño de nación que le cabe a mis sueños /
no creo que haya tierra que resuma mejor mis esperanzas /
ni pueblo que acompañe como el mío /
ni motivo que empuje con más fuerza /
ni destino más noble que el que aguarda / la paz que nos debemos


LOS AMARILIS, MAMÁ

Allí están / de nuevo como entonces / abiertos rojos como te gustaban / alegrándome un patio ya cansado / recobrando los ecos de otros días / reclamándome el agua que les privo / por puro olvido como ocurre siempre / por pura vanidad / Ellos que sufren / la ausencia de tu mano la caricia / la fresca novedad de un terrón joven / o el sencillo agasajo de otro espacio / igual florecen con las estaciones / como si todavía los mimaras / como si fueras vos quien los habita / quien les habla los rota los protege / quien les prepara el nicho de alimento / o el colchón de humedad o la luz justa / Y aunque no estés y aunque les tardes tanto / se niegan a dejarme el patio solo / se niegan a morir los amarilis




Ella no estuvo preparada para dar un poeta / mejor le hubiera ido un astronauta / un bancario un cardiólogo un suicida / porque después de todo / dar a luz un suicida es más honesto / que avalar esta orgía de la boca

Sé que ahora no estás en ningún lado que no sea memoria / después de aquel mediodía insípido /
sin embargo me gustaría que existiera un lugar / porque / pasado un tiempo / encontrarte sería la manera de intentar otro diálogo /
alguna razón que nos explique / más allá de la chata y de los juegos / de una infancia demasiado breve /
qué cosas buscabas que no hallaste / qué cosas esperé que no ocurrieron / y qué perdón nos cabe a cada uno


TRAGALUZ

Se estira la claridad del tragaluz cuando fijo la vista / vibra se agita rompe el marco se expande / engaña distorsiona se colorea se atomiza / así es la claridad de indefinida y plástica / así nos emociona y adormece / si quiero ver el tragaluz en cambio / es mejor que no fije la vista / es mejor que deje que los ojos se muevan en libertad

 *****


Cuándo acabar
cuándo poner el punto necesario
            al necesario discurso
cuándo clausurar el trayecto
            dar vuelta la página sin rencor
            y sin expectativa
            porque así debe ser
            como un día que sucede a otro día
            por voluntad mecánica



Valemos     como las polillas
por la mayor o menor cantidad de agujeros
                        que supiéramos hacer
mientras nos matamos el hambre
hasta que en algún placar
una voluntad previsora nos ahoga con naftalina




No nos queda mucho por decir
algunos reelaboran líneas que dijeron otros
otros reelaboran canciones o títulos de películas
otros     diálogos sostenidos por los actores protagónicos

todos firman sus poemas y sus libros
a nadie les importan demasiado las tablas de la ley
                        ni los códigos
                        ni los derechos adquiridos

somos preciados copistas en esta nueva revolución cultural



Cada tanto me elijo una novia
la bajo de la cartelera
le quito de las pestañas los restos de tinta
                                   que le dejaron los anuncios
y nos vamos por ahí
a recorrer las calles más oscuras
por afuera de cualquier circuito



Acordamos tres caras para el dado
                        y nos guardamos las otras tres
sin embargo en el corte se nos deshizo el cuerpo
apenas quedó una exposición de pirámide hueca
                        que ninguno se atrevió a llenar
                        por temor a que surgiera otra cara
                                   que oficiara de enlace
                        y el principio de precaria equidad que habíamos construido
                        resultara expropiado
                        para beneficio de quién



Perdí algunas cosas que no estaba dispuesto a perder
la posibilidad por ejemplo de llevar una mujer del hombro
la costumbre de la sobremesa
pegarle a la pelota de chanfle para que señale el recorrido de la elíptica
o repetir las canciones de la infancia
Claro que ni patio tengo
ni campito con arco a la vuelta de la esquina
ni vino en la bodega
ni ganas de alargar el camino apurados como estamos


Ahora que es tarde para mí para vos para la transformación posible
nos sentamos en el cordón de la vereda
y vemos la pendejada idiotizarse con la versión más reciente de los espejitos
donde los sinnombre se miran y gesticulan
            y entienden     o no
que los espejos reflejan el alma
pero no siempre devuelven los rostros
no siempre confirman la identidad


Todos llevamos un silvio astier rondando nuestras cabezas
algunos lo secuestran o lo matan
otros lo niegan como al familiar innombrable
muchos aprenden a convivir con él
De silvios estamos constituidos
todos tropezamos con la silla antes de salir


*****


Yo bajé para verte treinta y tres escalones / los mismos que componen esa cifra mágica / que tanto ha dado para especular /
 pero no es mi descenso lo que importa /
 ni el cúmulo de especulaciones que se monta por ahí /
 lo que importa es que hay vida entre los pliegues / de cualquier escalera


Pensarte es un acto diario como rezar o alimentarme / sin embargo / yo no rezo como rezan los creyentes / ni me alimento como los metódicos o los precavidos / yo rezo y me alimento con desorden  / con glotonería hedonista / por puro placer /
pensarte / en cambio / mirá vos / te pienso con devoción religiosa / no sé explicarme / con humildad quiero decir / como si te necesitara


Un pibe me golpea el vidrio / me sonríe / me muestra un chupete sucio / se toca el ombligo la panza la cabeza / me enseña los dientes y estira los ojitos /
yo lo miro nomás / pero hay algo que él ve que yo no veo / hay algo que es gestual / y ni el bar ni la gente / ni las frases presuntuosas / ni siquiera el café que va enfriándose / importan en la escena /
solo este diálogo sin voz a través del vidrio / solo esa vida en sus comienzos / con la alegría intacta




Cuando esperar acerca demasiado la pared al futuro / ya no es tan importante distinguir / entre planos y perspectiva


Amor /
nunca empecé un poema de este modo / nunca creí que el amor mereciera escribirse / más que como dato ilustrativo / como adorno al pasar en ese vértigo del vivir en que anduve /
pero ahora que estás y te estás yendo / ahora que sé que para nunca o para siempre seremos / el uno para el otro una noticia / guardada en algún álbum / tengo ganas de atarme entre tus cosas / de filtrarme en las cajas que atesoran vida tuya vivida / y dejarme mudar con tus cacharros / con tu ropa tus aros tus apuntes / tu vocación recién inaugurada / hasta ese mundo nuevo de barrancas y río embravecido / que sellará en la isla de tu cuello / otro mojón no menos trascendente que el lema que nos une


No es que Rosario ya no esté cerca Fito / ni que cambien las cosas porque la vida es así / ni siquiera es cuestión de melancolía por ese parque que alegró otros momentos / ni por los bares de la calle Laprida / ni por bulevares o festivales por los que supimos transitar / tampoco por el río más amado y más río / ni por las estudiantinas bullangueras / o los hoteles baratos que rodean la terminal / ni por el Negro o por el fútbol / por las rosarinas o por vos /
es que cuando algo duele duele sin atajos / y como ahora / sin que nada lo explique


CURRÍCULUM VITAE
Amé



Claudio Portiglia (Junín, provincia de Buenos Aires, 1957) Poeta y periodista. Publicó: “Álamos y yunques”; “Los ojos, los miedos”; “Pampeanas”; “La espiga se declara soberana”; “El gran errador”; “Libreta de almacenero”; “Cabría preguntarme”; “Cuotas partes”; “La travesía”.  Y las revistas: “Horizonte de cultura” (1989-1995); “Junín es Plural” (1997-1998) y “Las doce y una” (2010-2011). Fundó el Movimiento Poesía desde el que lleva organizadas diez ediciones del Encuentro de Poetas de Junín, por el que pasaron más de trescientos poetas de la Argentina y de América. Incluido en distintas antologías, colabora con medios gráficos, audiovisuales y virtuales de América y Europa.