Blog sin fines de lucro (Non Profit)de la palabra poética, traducción, crítica literaria, Charles Bukowski, Raymond Carver, Sam Hamill, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, cultura,costumbres y el buen asado criollo. edmundokirk58@gmail.com.
lunes, 26 de septiembre de 2016
viernes, 23 de septiembre de 2016
Pablo Montoya: Ginastera
Pablo Montoya |
La pampa es
una palabra que todo lo nombra. Un eco de confrontaciones
entre bárbaros y
civilizados. Tierras desprovistas de árboles y colinas.
Amaneceres que remiten
a la embriaguez expansiva de un dios infantil.
Sus hombres
que aman el trabajo y el valor. Y las mujeres fieles y las
nostalgias
provocadas por los atardeceres. Cuántas veces me he recostado
en esta pampa
hecha de timbales, cornos y contrabajos en crescendo.
Praderas que
se parecen al pedazo de cuchillo que un muchacho blanco,
vuelto indio
durante años, encontró en un resquicio de su casa no olvidada.
Cuántas veces
imaginé llanuras sin límites en las cuerdas del violín . Las
vacadas cruzando la distante prolongación de las gramíneas. Pero hay algo
en esto forzadamente grandioso. Los matices nacionalistas. La
rimbombancia patriótica. Esa pretensión de hallar una identidad que poco se aviene
con la
tierra cuando el hombre es apenas un esbozo sobre ella. Cómo
sería la pampa
sin los hombres. ¿Las
noches sin que los ojos de nadie puedan contemplarlas?
Prefiero acomodarme en el sillón. Aquí en esta chimenea de Envigado Y escuchar
Prefiero acomodarme en el sillón. Aquí en esta chimenea de Envigado Y escuchar
la Canción al árbol del olvido. Sentirme protegido en su
desposeimiento.
Sabiendo que la ausencia del amor es más perenne que cualquier
celebración telúrica.
Sabiendo que la ausencia del amor es más perenne que cualquier
celebración telúrica.
Pablo Montoya (Barracabermeja, 1963,
Colombia) Poeta y narrador. Ha estudiado música y luego letras. En 2015 obtuvo
el premio Rómulo Gallegos por su novela: Tríptico de la infamia. Reside en
Medellín.
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Poesía
jueves, 8 de septiembre de 2016
José Manuel Arango: poemas con perro
José Manuel Arango |
Señor y perro
1
El
señor
y
—echado al lado suyo— el perro.
Han
parecido por parecerse, el señor y el perro.
Y,
de pronto, el perro se alebresta,
las
orejas se paran.
Una
mariposa lo incita,
sale
ladrando.
La
mariposa llega,
llega
y se alza,
va
y viene. Vuela,
traza
anchos círculos,
baila.
Parece
divertirse burlándolo,
se
sabe lejos de su alcance.
2
Ahora
el perro gruñe entredormido.
Quién
sabe qué sueños lo inquietan.
(Rilke
veía una máscara
en
la faz peluda del perro.)
Montañas
1
Con
el vaso en la mano, mirando las montañas,
le
acaricio el lomo a mi perro.
Estas
montañas nuestras
del
interior,
casi
olvidadas de tan familiares,
casi
invisibles de tan vistas,
no
es seguro siquiera que no sean
enseres
en un sueño.
Estas
montañas hoscas
que
se adelgazan,
que
se ensimisman en notros.
Ya
sólo acaso una manera
de
la voz,
del
paso,
del
gesto.
2
Me
gusta acariciarlas siguiendo con los ojos
morosamente
sus
líneas abruptas,
mientras
en sus dorsos la luz
de
modo imperceptible
va
del verde al azul
al
violeta.
Me
gusta acariciarlas con los ojos,
como
acaricio
el
lomo de mi perro con la mano
libre.
José Manuel Arango (Carmen del Viboral,
1937- Medellín, Colombia, 2002). Poeta y traductor. Ejerció como profesor de
filosofía y de lógica simbólica en la Universidad de Antioquía.
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Poesía
Jorge Rivelli: matan al mensajero & roban las cartas
Jorge Rivelli |
….el miércoles 23 de
diciembre de 1888 a las 23:30 horas……………………..gabrielleberlatier
recibe en el burdel 1 rue
du bout….. dearlés……………..………la oreja de vincent van gogh
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
…………………………………………………reserva
su cuerpo a los lobos con la boca llena de sangre
…………………………………………………&
cada solitario pasajero del burdel………………………….
…………………………………………………aúlla
bajo la luna en el bar de la esquina…………………….
…………………………………………………reclamando
la carne & la oreja & al mensajero fatal….
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
…hubo una época de
cartas…hubo una época de carteros……………………………………………..
…la misiva de amor…la
misiva de despido…la misiva de cita…la misiva de suicidio o sea
señor juez…la misiva de
viaje con postal………………………….+ el uniformado que cargaba
+ buzón rojo en las
esquinas + el sonido del sobre deslizándose por debajo de la puerta
+ la lectura el llanto la
estampilla la lengua & el correo………………………………………………..
………………………………………………………………………………..........................................................
…te fuiste con el ruido de
las moscas en la ventana & la lluvia……………………………………..
…o domina el pretérito
porque estamos muertos…………………………………………………………
……………………………………………………………………carta
quemada carta mojada carta perdida
………………………………………………………………………………………………………………………………….
………..calle la loma
barranca seca magdalena contreras…tomar viaducto segundo piso del periférico
con dirección sur..…salida hospital ángeles…señalamientos de los dínamos &
edificio delegación…parque de la vieja estación de trenes en la calle de
adoquines cruzar un tope…la primera a la izquierda es mi calle (empedrada en
bajada) portón blanco grafiteado
………………………………………..dijo leo
para llegar a la casa del gran artista guillermo meza
…………………………………………………………………………………………….queridos
carolina leo lola
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
…ella se
fue………………………………………………………………………………………………………………..
…con el dolor de la
bestia……………………………………………………………………………………………
…entre sus
tetas…………………………………………………………………………………………………………
…con el deseo del
pueblo…………………………………………………………………………………………….
…entre
paréntesis………………………………………………………………………………………………………..
…con el alma golondrina…………………………………………………………………………………………….
…en las
esferas…………………………………………………………………………………………………………..
………………………………………………………………………………………………………………………………….
………………….……………………hubo un
tipo que pintaba flores de colores fuertes en la ciudad
……………………….…………………dijo que
su vida vale una mujer capaz de romper la ciudad
……………………………………….dijo que
la ciudad es una mujer con la oreja de un campesino
……………………………….………….dijo que
el campesino amaba a la mujer pero no a la oreja
…………………….…………………….dijo que
la ciudad la mujer & la oreja matan al campesino
………………………………………..dijo que
el mensajero lleva las flores a las tetas de la ciudad
…………………………..……………..dijo
que la pintura la oreja & el campo matan al mensajero
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
…era temprano cuando viste
la pálida & fría piel con la carne desgarrada…….………………
& la sangre seca en el
piso + unos emotivos versos de amor escritos en la pared…………..
…………la hoja de la navaja
brillando en la mesa de luz………íntimo & seductor filo de luz
…………………………………………………..mujeres
a mí!!!………………………………………………………
……………………………una carta un
poema un café una copa de vino……………………………….
……………………………………………………………………………………………………………………………………..era
la noche que vos sabías consumir………………………………………………………………………..
…..entre vahos de pequeñas
historias…………………………………………………………..................
…………………………………………………………………………………+
una botella entre tanta quimera
………………………………………………………………………………..……como
una pluma del rara avis
….ellos viajaron con la
esperanza de volver a su ciudad cuando la ciudad eran ellos & la esperanza
el papel escrito con el rayo de sol & sus epopeyas…..……….se clavaron el
mescal 4oo conejos & nunca volvieron a la superficie…………………………….solo
escribir bajo tierra
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
…le regalo al cartero mis
hojas mis versos……………………………………………………………………
…un huracán de voces
sepultadas……………………………………………………………………………….
…las cartas la oreja la
aurora boreal…………………………………………………………………………….
………………………………………………………………………………………………………………………………….
………………………………………….………entonces
me senté en un bar con moore&bukowski
………………………………………………….el
viejo alzó su copa y dijo………………………………………..
…lo
que hay que saber………………………………………………………………………………………………….
van
gogh se cortó una oreja……………y se la dio a una puta…………………………………………….
……………………………………………………que
la tiró muy enojada………………………………………….
van
gogh...……………………………………las putas no quieren orejas…………………………………….
……………………………………………………quieren
plata…………………………………………………………
………………supongo
que esa es la razón por la que fuiste un pintor tan grande…………………
…………………………………………………..no
entendías muchas cosas más……………………………….
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
Jorge Rivelli (Buenos Aires, 1954) Poeta y editor.
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Poesía
Graciela Maturo: Orfeo canta
Graciela Maturo |
a Alfonso
Sola González
y Mignon Maturo
I
Bello don que muy pocos
escuchan
en el bullicio de la feria,
la música desciende de los
cielos.
Un niño vagabundea junto al
río
abrazado a un pequeño violín,
lejos, en Paraná.
Los jacarandaes azules se
deshacen
y gimen suavemente los sauces
tocados por la dulce tristeza
de existir.
Miro al niño sentado en la
barranca alta.
Grises brillan sus ojos bajo
la gorra gris
mientras sonríe apenas
persiguiendo los pasos de una
paloma esquiva.
Lentamente se yergue en su
ropa de domingo
y empieza a despedirse de las
islas doradas,
del río rumoroso,
del rito de la tarde.
Vuelve por la avenida
sombreada y es feliz
porque sus ojos han recibido
la luz
y su frente ha sido castigada,
una vez más,
por la Belleza.
El viento mueve los rubios
cabellos
del elegido
y entre las hojas húmedas
se abre paso el chistido fugaz
de los pájaros.
Sobre el Paraná majestuoso
ruedan los barcos de naranjas.
II
-De la fuente bebí,
del agua dulce y escondida
entre piedras de musgo.
Bebí y mi propia sed se
acrecentaba
en la felicidad de las hojas
recién nacidas.
(Sobre verdes colinas azuladas
cantan los linos su pasión celeste.
La bóveda del cielo se sostiene en los
campos.
Bajo el parral aguardan los amigos
para partir el pan, el poema y el vino.
Todo canta en silencio. El padre es joven
y trae su sombrero de paja y de inocencia.
La madre es bella y peina su pelo de oro
viejo.)
-Sólo yo hallé la fuente.
Sólo a ella
podré ser fiel.
Allá bebí una sed que no
sacian las uvas
con su carne de ámbar.
Allá escuché la música
victoriosa y terrible.
Oh desdichado amor, amor dichoso.
III
Ella danzaba leve sobre el
mundo.
Era la estrella, Esther,
y Beatriz, la dichosa.
Sobre la fina cintura giraba persiguiendo
la huella de la luz en el ala de un pájaro.
Danzaba en las colinas
entre los girasoles
amarillos y altos.
Danzaba en la lentísima barca
que cruzaba las islas como una sombra blanca.
Danzaba y era su cuello frágil
y erguido
como el tallo de un ánfora.
Su voz colmaba el aire de palomas azules,
sus ojos derramaban azucenas de nácar.
Danzaba por los parques,
por las sombras del día
donde aparece el ángel de la muerte.
Danzaba entre las tumbas
sobre el agua
cubierta de magnolias y pétalos celestes.
IV
Así como Leandro enamorado
cruzaba las peligrosas aguas
verdinegras
del remoto Helesponto
para alcanzar la ardiente
orilla de Hero,
riente, así venías, rodeado de
felicidad,
en esos días luminosos y
graves.
Llegabas, sí, lejano, portador
de la música,
a Santa Fe la antigua, del
balcón entornado,
amante de sus calles de viejos
paraísos,
sus conventos, sus aguas,
sus barcos enmohecidos.
Eras Leandro, hermoso como un
delfín de oro,
con tus trajes nostálgicos
y tu sombrero de otro tiempo.
Leandro que llegaba a mi
jardín,
a mi aldaba, a mi pecho, a mi
ventana.
Venías con jazmines y poemas,
con anillos de sueño y
melodía,
con libros que nos hablaban
del amor.
Venías con tu violín del alba
con ramas y pedazos de
camalote verde.
El viento movía los paraísos
en la noche naciente.
Soplaba sobre la fragilidad de
nuestras vidas,
deshacía despacio la corona de
hierbas
que Leandro tejía para su
ninfa Hero.
V
El amor fue un sol violento y descendido
a la tierra
que maduraba espigas y aromas
a su paso.
Venía como un toro de espumas por el agua
desatando el reír de las acequias
en días de vendimia.
Absortos nos miraban los niños
desde nosotros mismos
desde otros,
en patios de racimos y claveles.
Oh jazmín placentero del verano,
naranja dulcísima de invierno.
Todavía nos piensa un olivo gris
y una vieja estación con malvones aguarda.
Corolas de fuego cubrían nuestra orfandad
en calles polvorientas y dichosas.
Cantabas en las altas madrugadas.
VI
-Canto en el viento y es un
viento oscuro
el que en mi pecho canta.
Triza el aire el graznido de un pájaro que
agoniza
entre palmas caídas y abandonadas.
Dónde estás, Anabel de las colinas,
junco, jaramabo, uva dorada,
dónde estás.
El perro que amabas gime en el jardín
y en la casa danzante como un barco
sólo veo una triste marioneta
bailando un tango cruel.
Quién sostendrá la rosa, el débil fuego
de ramas húmedas y crujientes.
Quién cuidará la frágil porcelana
esparcida entre piedras grises.
Ya no pondrás tu mano sobre mi cansada
frente para decirme: Es la alta noche,
duerme.
El viejo piano ríe con su risa macabra
y se ha roto el espejo que guardaba tu
rostro.
Sobre mi puerta crece una amapola gigantesca.
VII
-Cielo lívido de vidrio,
valle seco
donde se mueve lento el
escorpión.
Ramas retorcidas y grises de
Guaymallén
sin hojas y sin pájaros.
Sólo espectros transitan por
estas soledades
donde antes habitaron las
risas y los juegos.
Todo es soledad en la tarde de
junio
en el páramo resquebrajado
donde nadie contesta.
He vuelto desde la sombra
para decirte, amor, que he
comprendido.
Busco el resto de savia
demorada
en las viejas cortezas de la
vid,
espero ese milagro del renuevo
naciente
en la negra ceniza de mis
huesos.
Sobre las ruinas de nuestra
casa
se mueve la mariposa viva de
mi alma.
Todo es serenidad, silencio,
muerte.
Hallé mi antiguo violín
roto entre escombros.
VIII
-Amor, he vuelto con la
primavera,
para hablarte en el aire
luciente de la mañana.
He querido volver a la casa
del fuego,
a la estación de los trenes
fantasmas,
al cerro de retamas y
violetas.
Desde estos ojos nuevos de mar
abierto
he vuelto para verte.
He vuelto para cantar otra vez
en el anochecer
y en las celestes madrugadas
cuando la luna barre
suavemente los cerros húmedos.
He vuelto para abrir un libro
amado
donde juntos hemos encerrado
flores vivas
que perfuman tus manos.
Para decirte que nada ha
muerto
que la música sigue colmando
los espacios
con el rugido fiel de la
belleza.
Amor, he vuelto para que
comprendas
que un amor más poderoso que
el nuestro
nos envuelve en su aliento
puro de eternidad
y nos lava del tiempo .
Escúchame amor mío,
escucha el canto nuevo.
IX
Ha cantado otra vez en la
catedral de la noche.
Cuando sólo algún pájaro
anochecido vela
cuando la luna calla
y el ángel sonríe, ciego.
Pude escuchar su canto rozando
las ventanas
y las cañas unidas de nuestra
casa.
Su voz acariciaba la cabellera
de los álamos
el laurel, las ásperas
piedras, el retamo.
Penetraba en las mansas
alcobas y besaba
la frente deshabitada del que
sueña,
la mesa, los tiernos retratos,
las cucharas.
El canto vuela lejos
sobre tumbas desiertas
donde una mano temblorosa ha
escrito
un nombre amado.
La voz se confunde ahora con
el viento,
ríe en la inmensidad de los
espacios
dibuja la arquitectura
incomprensible y bella
de una rosa.
Es un viento de esporas y
semillas
un canto de otro mundo que me
moja la frente
con la palabra viva de la
resurrección.
He escuchado la música que
baja de los cielos.
Graciela Maturo (Santa Fe, Argentina, 1928) Poeta, ensayista y
docente.
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