José Manuel Arango |
Señor y perro
1
El
señor
y
—echado al lado suyo— el perro.
Han
parecido por parecerse, el señor y el perro.
Y,
de pronto, el perro se alebresta,
las
orejas se paran.
Una
mariposa lo incita,
sale
ladrando.
La
mariposa llega,
llega
y se alza,
va
y viene. Vuela,
traza
anchos círculos,
baila.
Parece
divertirse burlándolo,
se
sabe lejos de su alcance.
2
Ahora
el perro gruñe entredormido.
Quién
sabe qué sueños lo inquietan.
(Rilke
veía una máscara
en
la faz peluda del perro.)
Montañas
1
Con
el vaso en la mano, mirando las montañas,
le
acaricio el lomo a mi perro.
Estas
montañas nuestras
del
interior,
casi
olvidadas de tan familiares,
casi
invisibles de tan vistas,
no
es seguro siquiera que no sean
enseres
en un sueño.
Estas
montañas hoscas
que
se adelgazan,
que
se ensimisman en notros.
Ya
sólo acaso una manera
de
la voz,
del
paso,
del
gesto.
2
Me
gusta acariciarlas siguiendo con los ojos
morosamente
sus
líneas abruptas,
mientras
en sus dorsos la luz
de
modo imperceptible
va
del verde al azul
al
violeta.
Me
gusta acariciarlas con los ojos,
como
acaricio
el
lomo de mi perro con la mano
libre.
José Manuel Arango (Carmen del Viboral,
1937- Medellín, Colombia, 2002). Poeta y traductor. Ejerció como profesor de
filosofía y de lógica simbólica en la Universidad de Antioquía.