martes, 30 de agosto de 2022

JEROH JUAN MONTILLA: Poemas

 


JEROH JUAN MONTILLA


















Cuánto tardan este año
en regresar los corazones
al mango
un neblí anida en su alma
ningún ala osa beber el sol
en su copa
la primavera pasada
fue profusa mi desobediencia
hay miedo en las calles
y hasta los perros
le ladran al amor
¿cuántos frutos necesita
el color de la misericordia?
dime Señor
 si eres apenas la flor.
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La corteza es mi territorio
floto en el agua salada del mundo
mi ancla, las huellas en el desierto
superficie sin rostro
la quemadura del placer
el corazón siempre nada en lo profundo
lejos de la luz
él y yo somos distintos
una línea acostada en la otra
o un río que pasa de largo
pero sigo aquí redundante
sin ninguna hondura
peregrino en toda la piel
necio como el viento.
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No hay tiempo en el infinito
mucho menos amor
en estos parajes
ni una pizca 
en la hoja del mango
o en la corteza del rosal
la mosca acumula instantes
yo cuento años
con las manchas de mis uñas
los arañazos de la muerte
las diferencias son ventajas
perdonables herejías
de alguien en la red
de la angustia
para Dios no hay pronombre
la imagen y semejanza
son deudas
que tenemos con otros
los dueños
de la ira y la piedad.
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Cierro los ojos para huir de las palabras
amagos inútiles de un acorralado
¿cuándo vendrá el carro de fuego?
el canto de la cacaita
percute contra lo grisáceo
un cuajo de lluvia madura
bajo los párpados del sol
es como sacar punta al lápiz
cada pensamiento
una viruta que imita la belleza
no puedo evitar mi lujuria
toda derrota es otro deleite
la estocada de Dios
dejarme inútilmente desnudo
en el morbo de escribir
El, Ella o Ellos nunca se muestran
apenas revelan mi nada
la pulcritud de la arena en los tachones
por tanto abro los ojos
boceteo su perfil entre las dudas
la cacaita ha logrado conmover al silencio
la paraulata lo ocupa totalmente
que una doble porción
de tu Espíritu sea sobre mí
viene el torbellino inagotable
me entrego al vicio del lirismo
invento escorias para el amor.
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Se mojan los cien corazones del mango
la negra transparencia en ese delgado cauce
esa delgada transparencia en el negro cauce
gracias a Dios el amor no conoce piedad

pedazo tras pedazo es el tópico del invierno
no se quede en la frialdad de lo que escribo
abra el poema y podrá desdecirse

llueve llueve llueve en tres negaciones
aquí no hay ningún niño
que conste en acta abril se retira
diástole y sístole para entumecer la palabra

siempre me llevo la contraria
una y otra vez usted pisará el mismo charco
la pulpa amarilla lo insuficiente del azar

cien corazones en este amanecer
tachones de ternura para abrigarme. 
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La paraulata en oración
es también su voluntad
el cierra su puño
en tanto derroche de luz
un dulce canto
sobre la copa del mango
puede llamarse estío
lo que se ve es lo que se ve
siempre culpables
de leerlo
en tanta inocencia
esta humareda
como lo indiscutible
la última carta
un diez de trébol
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La última mentira es el dolor
para él hay cuerpos e infiernos
celebran los pájaros el amanecer
 el ardor de vivir es insuperable
un beso y una caricia
pueden ser un disfraz
se aprende tanto del límite
esta piel es verdadera
como cierta es una taza de café
o el gusano del tormento
en el amor
cuánto abrigo
en las edificaciones del reloj
sufre y goza
la imagen del bien y el mal
que día y noche son otro engaño
el placer tiene receta y medida
repudio y aplausos
también allí sucumbiremos
irremediablemente humanos
adoloridos en los señuelos
una sola mano puede calmar estas raíces
sosegar los embates
de la dicha y el desconsuelo
dolor dolor siempre invencible
eres como el sol
la postrera oscuridad.     
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Anoche cayeron
los tres últimos corazones
del mango
este año fue mezquina
la alegría del amor
en su vieja paciencia
el árbol permanece
en medio de la casa
una bandada de canarios
desborda la copa
es toda su ofrenda
para el crepúsculo
sobre el tejado
se amontonan las hojas
pudriendo los frutos
de mi vigilia y razones
yo también estoy
a la intemperie
con las raíces prisioneras
hundidas en la única
voluntad
Dios mío
que desmedido es el disfraz
de la belleza.




JEROH JUAN MONTILLA (Valle de La Pascua, Edo. Guárico, 1960). Poeta. Profesor en Educación Integral, Magister en Historia de Venezuela. Docente de educación universitaria en la UPEL y en el postgrado de Historia de Venezuela de la UNERG. Facilitador de Talleres Literarios: CONAC, Casa Nacional de Las Letras “Andrés Bello”. Sus publicaciones han figurado en periódicos y revistas nacionales e internacionales. Ha publicado los poemarios Humano de manchas (1988); Pasollano (1993), antología poética en coautoría con Tibisay Vargas Rojas; Lides de amor (1995); y el texto de ensayos Articulaciones (2005). Galardonado con el primer premio en el Concurso Regional de Poesía “Francisco Lazo Martí” (1989), con el poemario Naranja del cinco de Marzo.