miércoles, 17 de agosto de 2022

César Cantoni: Poemas

 

César Cantoni











EL POETA DE LA REVOLUCIÓN

Una vez, siendo joven, 
me propuse pegarme
un balazo en el pecho.

Ese tributo a Maiakovski
–yo era, entonces, marxista–
y algunos versos entusiastas que había escrito
me auguraban, en mi fuero
más íntimo, un sitial memorable.

No sé si por cobardía o pura comodidad,
durante un tiempo largo, 
esperé que el balazo anhelado me lo pegara otro.

Al final, la Revolución fracasó,
nadie colaboró dándome muerte
y aquí estoy, poéticamente destronado,
escribiendo estas líneas.


NUNCA CREÍ EN PROFECÍAS

Nunca creí en profecías. Incluidas 
aquéllas que anuncian el final del mundo.
El mundo jamás desaparecerá.
No puede materialmente desaparecer. 
Lo más probable es que sea la humanidad 
la que desaparezca. (¿No desaparecieron ya, 
entre otras especies, los colosales dinosaurios?)
Quizá, la hecatombe no tenga prolegómenos
y todos muramos de repente,
como murieron, cuando el Vesubio  
estalló en cólera, los hijos de Pompeya.        
O, quizá, padezcamos un terror prolongado,
como los habitantes de Buenos Aires
mientras la fiebre amarilla se ensañó con ellos.  
En cualquier caso, cerrado el ciclo antropológico, 
la Tierra dejará de sufrir por nuestra causa
y el daño ambiental se retraerá:
el aire volverá a ser puro, 
los ríos desaguarán en cuencas cristalinas
y los bosques lucirán sin mella su verdor primitivo.
–¿Y las bestias...? –preguntarán los menos avisados.
Las bestias tomarán por asalto las ciudades,
se adueñarán de los ministerios, 
construirán madrigueras en templos y cuarteles,
se aparearán delante de las estatuas
y serán sus propios dictados los que ordenen la vida.
–¿Y entonces...? –querrán saber los más inquisidores.
Entonces, el bien y el mal habrán concluido su querella, 
no existirá el discernimiento para abonar la culpa, 
ni infierno ni cielo prometido,
y un viento inocente surcará, per secula seculorum,
los feudos del Señor. He profetizado.


LIBRO DE POESÍA

Leo el primer poema 
y no hallo una muchacha
dispuesta a seducirme.

Leo el segundo poema 
y no hallo un taxi que me lleve
hasta el Paseo del Bosque.

Leo el tercer poema 
y no hallo una pistola     
para apuntarle al autor a la cabeza. 

De manera que cierro el libro
y me pongo a mirar por la ventana:
afuera, la poesía de la calle
escribe su espléndida página diurna.




César Cantoni nació en La Plata el 23 de febrero de 1951. Publicó once libros de poesía: Confluencias (1978), Los días habitados (1982), Linaje humano (1984), La experiencia concreta (1990), Continuidad de la noche (1993), Cuaderno de fin de siglo (1996), Triunfo de lo real (2001), La salud de los condenados (2004), Diario de paso (2008), El fin ya tuvo lugar (2012) y Un arte invisible (2016). Su obra publicada incluye, además, el libro de aforismos Pensar no cuesta nada (2020) y dos cuadernillos: Intemperie y otros poemas (2006) y Latencia: poesía y dictadura (crónica literaria, 2013). Figura en numerosas antologías poéticas argentinas e hispanoamericanas. Algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, italiano, portugués, catalán, griego, ruso y albanés. Colabora con diarios, revistas y páginas virtuales de Argentina y del exterior. Administra el blog de poesía platense Los poetas no van al cielo. Reside en su ciudad natal.