Versión Esteban Moore.
1
¿Fui yo el creador de ese cielo? Si, pues si fuera
cualquier otra cosa que una concepción en mi mente
no hubiera dicho “cielo” –Por eso es que yo soy la
dorada eternidad. No hay dos de nosotros aquí,
lector y escritor, sólo uno, una dorada eternidad,
Uno-Que-Es, Aquello-Que-Todo- Lo- Es.
2
El Buda despierto que señala el camino, el
Mesías elegido para morir en la degradación
de la percepción, es la dorada eternidad. Una que
es lo que es, la dorada eternidad, o Dios, o,
Tathagata –el nombre. El nombrado.
El Dios humano. Perceptiva divinidad.
Animada. Divina. La deificada.
La verificada. La que es libre.
La liberadora. La muy quieta.
La que se ha asentado. La establecida:
Dorada Eternidad. Todo está bien.
La Vacía. La Que Está Pronta.
La Abandonadora. La Que Medita.
La Justificada. La Que Es feliz.
3
Ese cielo, si fuera alguna otra cosa que una
ilusión de mi mente mortal no hubiera dicho
“ese cielo”. Por lo tanto yo hice ese cielo, yo soy la
dorada eternidad. Yo soy Dorada Eternidad Mortal.
4
He sido despierto para señalar el camino, elegido para
morir en la degradación de la vida, pues soy
Dorada Eternidad Mortal.
5
Yo soy la dorada eternidad mortal en su forma animada.
6
Para hablar con exactitud, no hay yo, pues todo es
vacío. Yo estoy vacío, soy no existente.
Todo es felicidad suprema.
7
Esta ley verdad no tiene más realidad que el mundo.
Alción Editora, Córdoba Argentina.
Versión y prólogo E.M.
8
Vos sos la dorada eternidad porque no hay
ningún yo y ningún vos, sólo una dorada eternidad.
9
El Entendedor. No abrigues imaginaciones, ninguna
en absoluto, pues la cosa es una no-cosa. Comprenderlo
es entonces, humana condición divinizada.
10
El mundo es la película de todo aquello que es,
es una única película, constituida en su totalidad
de la misma materia, no le pertenece a nadie, es
todo aquello que es.
11
Si no fuéramos todos la dorada eternidad no
estaríamos aquí. Pero, al estar aquí no podemos
evitar el ser puros. Decirle al hombre que sea
puro debido al ángel castigador que sanciona
a los malos y al ángel gratificador que premia
a los buenos, sería como decirle al agua “ Sé
mojada” –No obstante, todas las cosas dependen
de la suprema realidad, la cual ya se ha establecido
como la crónica registro del destino logrado por
los trabajos del karma.
12
Dios no se halla afuera de nuestros cuerpos es simplemente nosotros,
los vivos y los muertos, los que nunca vivieron y los que nunca
murieron. Que sepamos esto sólo ahora, es la suprema realidad, fue
escrito hace mucho tiempo en los archivos de la mente universal,
ya está hecho, no hay nada más por hacer.
13
Esta es la sabiduría que ve a la dorada
eternidad en todas las cosas, la que es nosotros,
vos, yo, y la que ya no es nosotros, vos, yo.
14
¿Qué nombre le daremos a aquello que no
tiene nombre? ¿ la común eterna materia de la mente?
Si fuéramos a llamarla esencia, algunos podrían pensar
que significa perfume, o oro, o miel. No es ni mente.
Incluso no es discutible, no se la puede agrupar
en palabras; sí, ni es infinita, de hecho no es ni
misteriosa o inescrutablemente inexplicable; es
lo que es; es eso; es esto. Podríamos con facilidad
llamar a la dorada eternidad “Esto”. Pero “¿ qué es lo
que hay en un nombre?” preguntó Shakespeare.
La dorada eternidad con otro nombre sería igualmente
dulce. Un Tathagata, un Dios, un Buda de distinto nombre,
un Alá, un santo Krishna, un Coyote, un Brahma, un Mazda,
un Amida, una Aredemeia, una Palalakonuh,
y 1 2 3 4 5 6 7 8 y sería igualmente dulce. La dorada
eternidad es X, la dorada eternidad es A, la
dorada eternidad es ∆, la dorada eternidad es 0,
la dorada eternidad es ٱ, la dorada eternidad es
l-a d-o-r-a-d-a e-t-e-r-n-i-d-a-d. En el
principio fue la palabra; antes del principio, en
el no principio de la inacabable infinitud, fue
la esencia. Ambas, la palabra “Dios” y la esencia
de la palabra, son vacío. La forma del vacío
que es el vacío que ha adoptado la forma de la forma,
es lo que ves y oyes y sientes en este preciso instante, y
aquello que saboreas y hueles y piensas mientras
leés esto. Esperá un momento, cerrá tus ojos, dejá
que tu respiración se detenga tres segundos o algo así,
escuchá el silencio interior en el útero del mundo, dejá
caer tus manos, relajá las terminaciones nerviosas, re-reconocé
la felicidad olvidada, el vacío la esencia el éxtasis de haber sido
alguna vez y de ser alguna vez la dorada eternidad. Esta es
la lección que has olvidado.
15
La lección fue enseñada hace mucho tiempo en los
otros sistemas del mundo que han cambiado naturalmente
transformándose en vacío y despertar, y están aquí
ahora sonriendo en nuestra sonrisa y frunciendo el entrecejo
en nuestro entrecejo fruncido. Es solamente la dorada eternidad
pretendiendo sonreírse y ser severa consigo misma; como
una ola pequeñísima sobre el calmo océano del saber.
El destino de la humanidad es desvanecerse, convertirse en la
dorada eternidad, regresar derramándose en sus manos que
no son manos. El ombligo habrá de recibir, trastocará el orden,
y aceptará aquello que expulsó, el anillo de la carne se cerrará; las
personalidades de los héroes muertos en el pasado son polvo
en el que no se puede escribir.
Yo esa tierra sí la beso.
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