Edgar Bayley (Foto Enrique Butti) |
al que ha
dejado abierta la mirada de seda del pulpo
el ojo saliente
del sapo y el higo comedor de asnos
al que fue
hasta el extremo de la sangre donde hierve la inocencia
y rescató la
bujía del sueño y la cuerda tensa de la libertad
un cielo de
cabellos mojados
una noche de
alabastro
un buey rojo de
alas batientes
un arriate de
leña y carbón
una marsopa ocular
una ciudad
resucitada
al que ha
dejado abierta la herida del vampiro aullante
las garras y
los órganos chupadores
los reinos
flemáticos del viejo océano
las quijadas
del tiburón y las entrañas acuosas de la raya
un granero con
todos los nombres del mundo a la luz de la luna
una caracola de
inocencia
un encanto
lúcido después de la fiebre
unas pupilas de
sol naciente
un golpe de
tambor al extremo del punzante mal
al que ha
dejado abierta la larga cicatriz sulfurosa
la boca
cuadrada de baba oscilante
la lámpara
sumergida con alas de ángel
el vientre de
la araña de donde emergen dos adolescentes vestidos de azul
un estallido de
naipes
un lecho de
ondas claras en todas las direcciones
un puerto sin
solapas para abordar ensueños
un alfabeto de
puertas
una llama de
ojos azules
al que ha
dejado abierta la esperanza vencida renaciente
la sorda
ciénaga la inmensa equimosis sobre el cuerpo de
la tierra
y la crueldad
recorriendo como un cometa aterrador el espacio sanguinolento
un trompo
ardiente que flota en el lago a medianoche
un domador que
avanza con su ojo de humo
un rosario de
espejismos en una caja fuerte
un verano sin
fronteras que aniquila a los guardianes
la tea de los
jueves que abre todas las puertas
al que
sostuvieron los vientos los arrebatos de cólera y las enfermedades del orgullo
la gota de
esperma y la gota de sangre
que corren
lentamente a lo largo de las secas arrugas
y el pedestal
de gigantes acuáticos en el vientre vacío
un cielo en pie
que almacena nuestras memorias
el amor oculto a la vera del camino
un atardecer un
rastro de plumas y de hocicos
una infancia
rescatada liberada extendida como una risa
un zumbido un arco una espuma
un fruto un
cráter un nido una aurora una rama en la constelación de nuestro sueño
porque al fin
LAETERNIDAD QUE
BRAMA COMO UN MAR DISTANTE SE APROXIMA A GRANDES PASOS
Edgar Bayley (Edgar
Maldonado) Buenos Aires, 1919-1990 . Poeta, traductor y ensayista.