EN UN BARRIO DE CRIMEN
las cucarachas escupen
clips sujeta papeles
y el helicóptero gira y gira
su olfato busca sangre
sus reflectores inoportunos penetran
nuestro dormitorio
5 tipos en este complejo habitacional
tienen pistolas
otro un
machete
somos todos asesinos y
alcohólicos
pero hay peores en el hotel
cruzando la calle
ellos se sientan en la entrada
verde y blanca
banales y depravados
esperando que los institucionalicen
aquí cada uno tiene una plantita verde
en la ventana
y cuando nos peleamos con nuestras mujeres
a las 3 de la mañana
hablamos suavemente
y en cada puerta
hay un pequeño plato con alimentos
cuyo contenido
desaparece antes del amanecer
presumimos
comido
por los
gatos.
UN CABALLO CON OJOS VERDEAZULADOS
aquello que vos ves es lo que ves:
los loqueros rara vez
están en exposición.
que podamos caminar por los alrededores y
rascarnos y encender
cigarrillos
es mucho más que un milagro
más que las bellas bañándose
más que las rosas y la polilla.
sentarse en una pequeña habitación
y beber una lata de cerveza
y armar un cigarrillo
mientras escuchamos a Brahms
en la pequeña radio roja
es haber regresado
vivo
de una docena de guerras
escuchando el sonido
de la heladera
mientras las bellas que se bañan
se pudren
y las naranjas y las manzanas
ruedan alejándose
en la distancia.
LOS SUFRIDOS HAN HEREDADO
si yo sufro con esta
máquina de escribir
piensen como me sentiría
entre los zafreros que recogen
la lechuga en Salinas?
pienso en los hombres
que he conocido
en fábricas
sin la posibilidad
de salir de ellas—
ahogándose mientras viven
ahogándose cuando ríen viendo
a Bob Hope o Lucille Ball
mientras
2 o 3 niños lanzan
pelotas de tenis contra
las paredes.
algunos suicidios nunca
serán registrados.
EL RITMO ES LA ESENCIA
mientras el cartero subía la colina
se rió
cuando me vio.
yo también me reí.
“si, Harry, ya lo sé:
solo un viejo con una manguera
regando el jardín del frente.
me has descubierto…”
estos tipos piensan que tiene que ser
guerra
todo el tiempo
yo sólo me estoy tomando
un descanso.
cuando llegue el momento
de apretar ese botón rojo
ellos desearán que
haya vuelto
a regar
los gladiolos.
UN RUIDO EN LA SELVA
la pena de Scibelli
amigo,
cuando escuchó un ruido en la maleza
se dio vuelta y un hombre de 1,65 de altura
quien ni siquiera sabía su nombre
lo atravesó con su bayoneta
luego le seccionó la vena yugular,
le arranco el oro de sus dientes,
le cortó ambas orejas,
abrió su billetera
y rompió en pedazos
la foto de una muchacha de rostro dulce
llamada simplemente “Laura”
quien está esperando en Kansas City
a un Scibelli sin orejas, dentadura destrozada
un sangriento Scibelli
que murió un poco antes
que el resto de nosotros,
y también por
Causa
Desconocida.
(versiones Esteban Moore)