Gabriel Impaglione |
los días como furibundas cadenas
los días
como furibundas cadenas
tiraron
del hombre
y hubo pan
de fango y claridad de niebla
para los
despiertos
En el mar
la rosa caída
traía
hasta la orilla sus pétalos marchitos
Fue un
siglo de oscuros ejércitos y pájaros
quemados
en vuelo
estallaba
el miedo por doquier y siempre lejos
ilustres
esqueletos sonaban sus mandíbulas
como
ametralladoras
Nosotros
vimos aquellas caravanas
ocultas
por el follaje del olvido
deshojarse
hasta perder el rastro
Eran
hombres y mujeres de pechos consumidos
por el
ayuno en la ruina y la caridad del tiempo
hacinados
sobre lápidas se hicieron a la mar
la boca
partida en el salitre
los
cuerpos inertes en la red del oleaje
con todo
el odio del mundo a las espaldas
gestas del
plomo y la barbarie
y por
delante nada
apenas una
orilla para descansar el cuerpo
o los
despojos
el hueso
roído por el miedo
No se fuga
de los cuchillos del desasosiego
El dolor
llega va y viene en su oleaje
y regresa
con oscuras noticias
Lleva la
desventura hacia los viejos ayunos
La fuga se
nutre de quemadas raíces
que se
obstinan en tierra extraña.
No
florecerá sino una tristeza tan aguda
como el
silbido de las máquinas de muerte
que no
tienen descanso.
última guerra
“Es así como se acaba
el mundo
Es así como se acaba el mundo
Es así como se acaba el mundo
No en explosión sino en gemido”
TS Eliot
la descomunal hecatombe brotará de un pozo
desde la raíz del tiempo tal vez o de los odios
y
mientras llueven galaxias y se mezclan los vapores
del último aliento en todas las lenguas
mientras se descosen las olas y asaltan las ciudades
llevando en andas barcos y rugidos
y
mientras las torres de la noche se hacen polvo
a los pies de las estatuas del día
mientras toda huella del hombre se sofoca
bajo el fuego y los cuchillos del olvido
y
mientras cada pequeño terrible final se desarrolla
en la más cruel oscuridad
ni cálculo o palabra ningún rito o brazo con espada
podrán descabezar a la
codicia
Un hondo estertor conmoverá el nacimiento del silencio.
han hecho del pan un dios destronado
han
hecho del pan un dios destronado
hay
quienes ya no creen en él
desde
palacio se ordena reventar
esas
bocas que lo nombran
abajo
corren sus tres letras
como
un río furioso.
Gaza
La playa tiene peligros que solo ven
los ciegos mercaderes de lo oscuro
ellos advierten con el ojo en la mira
y abren el aire para sembrar la nada
en nombre de la muerte
salpican de codicia por donde pasan
de dolor agudo y miedo y cuchillada
una vez
en julio
cuatro niños
jugaban en la orilla de Gaza
y uno a uno
mordidos por el fuego
cayeron al abismo cavado en la deshora
al tajo del horror que la bestia distribuye
con su funeraria mercadería
donde muerde ese dios instala su negocio
nombra un gerente plenipotenciario
y lo rodea de acorazadas guardias
de metálicos índices y justificaciones
he visto a esos niños remontar las olas
del Mediterráneo
echar a la marea su barco de espuma
dibujar en la arena un mapa del mundo perdido
y cuando saltaban por la borda del día
para ejercer los oficios de la risa
los mercaderes en sus uniformes
con sus gatillos y todos sus dientes
desde un monstruo marino artillado
partieron cada huesito cada ojo cada
risa de un golpe de ira y de billete
y los cuatro niños
hermosos en su fragilidad de barcaza
en plena faena
inmensos de luz
fueron hilo apenas de ay y de no entiendo
hundiéndose en la arena
penetrando el horror de la nada
que llueve sobre Gaza
en verdad
en verdad
estos ojos de no mirar sino los tuyos
no ven más allá
ver más allá es pura ilusión de la vanidad o
los oráculos
jactancia pasada de moda
a quién le interesa lo que viene! Aquello que
sucederá
sus antes y después!
Yo no veo más allá
el más acá ya es demasiado para mi cansancio
y no podría vislumbrar adelantarme decir una
palabra
sobre cualquier cosa que flote
o se mueva en la línea de la mano o del
horizonte
por
ejemplo
sobre lo que ocurrirá en plaza de la república
un día de estos bajo la influencia de las
corrientes
cálidas de esta primavera en pleno invierno
quién
es uno para decir cosa habrá de suceder el minuto
que viene
el año que llega el jueves
próximo
yo jamás advertí hace diez años sobre esta
guerra
no lo escribí
no lo pensé
ni lo volvería a hacer!
Los poetas
sabedores de nada con tanta palabra
encima
amamos armamos barcos pájaros viajes a la luna
banquetes para el pobrerío escopetas de
agujerear la niebla
hacemos diminutas justicias anónimas
encendemos llamitas donde se calientan las
manos
en ronda las preguntas
A quién le interesa perder el tiempo en
inventar una pregunta
soltarla por ahí y sentarse a verla correr
saltar arremolinarse
hasta rendirse sin pena ni gloria en el
silencio más arduo
en la confusión más triste
en la respuesta exacta o la soledad invisible
Ahora me ocupo de ti que duermes
No lo sabes pero cada noche me ocupo en
silencio
de tu silencio que me habla
me quedo alrededor por el aire
cerca de tus manos
y desde allí contemplo el mundo
Atento a los rumores que salen de la noche a
merodear
bajo el vaivén de las lámparas
atento a los pájaros que llegan de otoños
lejanos
y trinan noticias increibles
En verdad pongo atención a las golondrinas
A veces escucho lo que no debo
y hago que miro para otra parte
este
es el punto:
ellas traen la memoria de paises remotos
llegan a los aleros de casa con luces de otros
amaneceres
pero ellas tampoco ven más allá
ellas vienen de aquel más allá
testigos del mundo a contrahora
narran aquello que espera en la hora que se
avecina
y toda esta fiesta emplumada de una vereda a
otra del mayo
en la isla
sea una asamblea internacional
-
pienso sin aventurarme a más-
donde se preguntan qué hacer ellas
las
golondrinas qué hacer con el mundo que
se desploma
con las rutas de la primavera que suben y
bajan
con la gravedad de la noche amenazante
donde todavía es mediatarde o mediasiesta
y quizá mañana sea tarde o jamás
definitivamente nunca
Ellas se preguntan (las golondrinas)
mientras el hombre cae de rodillas ante su
propia idiotez
mordido por las máquinas
hambreado por sus hambres
cercado por la miopía y las cartas de crédito
y las urnas funerario-electorales
donde deposita sus derechos triturados
periódicamente a veces
Pero ellas se preguntan
pequeñas aladas brillantes en plena labor de
albañilerías
si quedará en pie la casa y este pueblo y esta
isla continuará
a flotar o vendrá el mar o el tiempo todo de
golpe a deglutirla
quedan ya pocas certezas de lugar en el mundo
todo lo están llenando de estallido y mercados
sin frutas
y se agota el tiempo para ver más allá
para venir desde más allá con noticias del
después
que a nadie importan
y en verdad ni a mí ultimamente
que te miro dormida y con mirarte me basta en
este ahora
de todo lo posible
mientras en un cristal del silencio
descompongo la luz que se cuela por la ventana
para proyectar la asamblea de las golondrinas
mientras hago como que no miro como que no me
interesa
en verdad
quién prestará atención a las noticias del más
allá
con tanto más acá cayéndose a pedazos
Pero no fui quien lo dijo hace diez años Yo no
dije nada
yo no
escribí que esto iba a suceder
yo no sé sino una asamblea de golondrinas allá
afuera.
Poética
descuelgo del
silencio unas palabras
como
frutas
que
no tienen nombre.
Sin
prójimo ni ahora Tal vez solo rutina
Sin prójimo
ni ahora Tal vez solo rutina
en
fuga
Trashumante
quien
desanda la nada sin conciencia
Quien
ha perdido su sombra en el silencio
Quien
ha dejado caer un pedazo de hambre
de
su boca.
Sin rebelarse.
Abril 18, 2030
No llueve sino un retumbar
de huecos en los techos
alguna vez fue agua que
vertió la medianoche, ahora
apagado rumor, como si
viento del pasado en su furia
viniese a pisotear la
tierra, a reclamar la sangre.
Abril 19, 2030
Con la piedra de este bosque alzaremos la torre
para llegar primero a la
gota
que
venga.
Abril 21, 2030
Se dice que era hierba,
ondulaciones
en caida vertical de pura
luz, alboroto
de pájaros, germinación.
Cuesta creer que en esta
piedra
los hijos jugaran al
centelleo del pez
florecieran las vírgenes en
brazos
de la luna celebraran los hombres
el vino y el trabajo.
Abril 26, 2030
Al
erigir el gran mercado
que
acabó con el tiempo
se
dijo que el agua tenía
cuatro
estados
Sólido
Líquido
Gaseoso
y
privado.
Balcón
Barco en el palmo de mar
entre dos colinas.
Por ese intersticio cruzan lentos
a diario, a veces blancos.
Solo que ahora lo miro de tu mano,
es como una palabra que no dijimos
y navega el silencio.
del invierno
El frío al galope
en bestia invisible
por debajo de las puertas
su manifiesto escrito
a punta de cuchillo.
trabajo
Haremos de los pliegues del día
barriletes con música
tambor de las sombras
relojes de otro tiempo
para medir el fuego
para dar aviso desde abajo
entre todos otro idioma
que hable de nosotros
Huerta
El cerezo en su fulgor callado
y las ranas creen que es la luna.
¿Cómo se inventa un pájaro?
¿Cómo se inventa un
pájaro?
¿Con puñado de viento emplumado
o corazón de vértigo en picada?
Testimonios
Aquello que en la noche sucede:
fuegos dormidos que despiertan
en el parpadeo de las bestias,
travesías de fantasmas
que agitan el ladrido y los postigos,
las pequeñas criaturas del rocío,
escrituras del amor sobre la hora,
distancias apiladas en el borde de otros mundos,
palabras perdidas que encuentran casa,
los huérfanos del cielo en su melancolía
todo
lo cuentan los pájaros al alba.
Gabriel
impaglione (Villa Sarmiento, Morón, Buenos Aires, 1958) Reside
en Sardegna, Italia. Poeta, traductor, director de la revista Isla Negra.