Reynaldo Pérez Só |
1
Un poema lleva a Dios, pues un poema es
una forma de Dios. No es el hombre quien habla, es Dios, solamente Dios por
medio del poeta. Salomón no nos canta en El Cantar de los Cantares, es Dios, de
aquí el misterio del verdadero poema.
2
El demonio hace poesía a la inversa.
3
La primera línea del poema es el poema.
La última, reitera con otras palabras la primera. Las líneas centrales son
meramente puentes para que la cabeza y la cola se confundan, en circunferencia.
4
Unos preguntan por el valor de sus
poemas. ¿En qué sentido? Si el valor se refiere a los ajustes formales
posiblemente estén bien o mal. Existen normas que se aprenden por medio de
manuales o simplemente estudiando a los poetas, sus mejores poemas, libros. Si
un texto se imita bien, el poema estará, formalmente logrado. Es truco, mero
truco. Engañabobos.
5
La
Biblia
nunca ha sido asunto de forma para formar el vacío. Los antiguos judíos son de
una casta de sabios: El Cantar de los Cantares habla del hombre, no de formas,
imaginaciones, fantasías. Los judíos, generalmente, escriben de sus miserias,
grandezas, en ellos la imaginación no tiene lugar, porque la verdadera poesía
es tocable. Juan de la Cruz,
Fray Luis de León, lo comprendieron, de ahí sus versiones, auténticas, fuera de
toda imitación formal, indagaron en lo tangible, vivido.
6
Un poema transparente es mudo, deja que
todo se vea igual. Se podría decir que no existe. Ni siquiera se oye.
7
Un verdadero poeta ha escrito los
peores poemas que ha roto o todos han olvidado, incluso él. Son la parte que
complementa la condición humana.
8
El diablo del poema es la prosa.
9
El mal poeta odia al buen poeta. El
buen poeta al principio odia al mal poeta, luego lo acepta, lo reconoce, lo
admira, lo perdona. Nos dijo alguna vez Aquilino.
10
Ningún poema per se es incomunicable.
Ocurren dificultades en nosotros como lectores que no podemos ver el poema.
También ocurre ver el poema donde no existe, lo cual, como las alucinaciones,
hace que nos equivoquemos por esencia, siendo la mayor dificultad y casi es
irreparable.
11
Se hizo traducir al francés, al
portugués, al inglés, al italiano y pronto lo será al alemán, al ruso. Pobre
poeta, debió escribir tanta carta, ser agregado cultural por correspondencia,
alabar tanto libro extranjero malo, traducir a los mismos que lo virtieron a
tanta lengua extraña y nadie, ni su familia, ni sus vecinos saben de su
clandestina actividad prohibida, poética.
12
La poesía universal carece de sitio,
tiempo, por lo tanto no tiene sustancia, lengua. Está escrita por un poeta sin
sitio, ni tiempo, ni cultura, ni sustancia, ni lengua. Universal a priori.
13
Texto-cascarón, poesía-concha,
respiración de adjetivos, lenguaje florido: las trampas cazabobos de la poesía
mediocre, falsa. Estos lugares son los preferidos por los maquilladores. Nada
de hueso, pero sí tanto de plastilina: los epígonos del Siglo de Oro, nuestros
románticos, los tardíos modernistas, los cultores del surrealismo
latinoamericano, etc., de los buscadores del mármol de Carrara en las
esculturas centro europeas.
14
El tiempo vivido por todos nosotros es
un tiempo diferente al conceptualizado por las culturas nórdicas —además, entre
estas últimas se notan diversas. La rigidez de la forma, ideas y discurso no
necesita profundizarse: es evidente. Nuestro tiempo es flexible, moldeable a
nuestras necesidades, además, cambiante. "No nos podemos bañar dos veces
en el mismo río", afirmaba Heráclito. Nada mejor para definirnos. Nuestros
mejores poetas captaron ese tiempo, vuelto lenguaje, idea.
15
La mitología europea, especialmente la
griega, en boca de nuestros eximios poetas se ve tan hermosa como la mitología
de los cultos de la quimbanda o la santería en la de los poetas germanos. (Un
poeta universal).
16
Si se invierten las palabras, el poema
desaparece. Si se las cambian, desaparece. Si se mutila, desaparece. El poema
es único, exacto.
17
La fachada es lo más importante del
hacedor de versos. El mimetismo es una manera de ser pareciendo. Pero la culpa
radica en el lector, en el poeta auténtico, que cierra los ojos, el crítico de
cascarón, abundante en nuestra literatura latinoamericana. Los males recaen en
los jóvenes poetas y lectores inocentes que seguirán la cadena. Miméticos y de
fachada fueron, entre otros, Neruda, Chocano, Moro, Morães, Nervo, Mistral,
Ramos Sucre, el español Lorca, todos muertos.
18
También tras los versos del poema
transpira la lengua materna con un solo nombre para las cosas sin sinónimos ni
equívocos.
19
Una sonrisa momentánea o duradera que
nos acompaña puede ser el objeto de un poema. O una sensación extraña de jamais vu.
20
Nadie revoluciona la poesía, como nadie
revoluciona una vida.
21
La primera lectura es para los ojos. La
segunda, para el oído. La tercera, reposa en la emoción. La cuarta, para los
otros. La quinta se multiplica en el tiempo. Es el destino del Poema que ha
encontrado un centro.
22
Un discípulo de Aquilino dice haber
encontrado auténticas máscaras en un poeta portugués, puesto de moda por los
intereses privados de un partido político. Es posible, pero el poeta como el
médium puede sentir diversos espíritus, verdaderamente. Las máscaras de ese
poeta las tienen sus lectores, doctos lectores del cascarón. Ellos nunca
supieron dela clara ni la yema.
23
En todo poeta se encuentra un personaje
curioso, un gato que ronda por todos los cuartos, observa, husmea, pero no se
tranquiliza hasta reproducir la inquietud de lo no hallado con la misma
curiosidad del principio.
24
"Los alimentos del poeta son: vida
y sentido", nos dijo Aquilino cuando muriera su hijo más amado.
26
De nuevo, la máscara (por mucho que en
algunos, aparentemente, funcionase)
pretende usurpar el lugar de la emoción. Aunque, entendamos, la máscara es sólo
máscara y ella, como tal, carece de emociones. El fracaso de poetas como Ramos
Sucre radicaba en eso: la máscara termina devorándolo, a pesar del carnaval
inventado por los epígonos tardíos, dueños también de sus pequeñas caretas.
25
El poeta nace y se hace. El lector nace
y se hace. Boberías elitescas de quien ni nació ni se hizo.
27
Los equivocados con la poesía terminan
a veces como líderes de movimientos poéticos en los asilos llamados Centros de
Estudios Poéticos, Asociaciones Internacionales de Poesía, Clubes de la Metáfora Cósmica,
etc. Ahí respiran el oxígeno embotellado de las palabras de aliento.
28
La mayor parte de nuestros escritos es
mentira, a veces inocente, perdonable, producto de la confusión. Sin embargo,
la mentira inocente como la exprofeso en poesía arden con la misma fuerza
cuando se trata de quemar para dar calor con nuestro derrumbe, que, por otra
parte, en nosotros nada sustenta.
29
La inmunidad contra un aparato poético
surge desde el primer verso, no así con la virulencia de la autenticidad. El
lector no tiene defensas y debe terminar el poema. Quizá por eso se diga que
los primeros versos pertenecen a Dios.
30
Pulir y pulir versos: las monedas de
oro se convierten en polvo,
imperceptiblemente,
entre las manos. No son los trabajos de Sísifo, sino del mal poeta que no
entiende la perfección del oro.
31
Un lector descubre la mentira en el
poema, pero debe esperar que otro lector la descubra, y éste que otro, así,
como el poema de Cabral de los gallos hasta que el poema se disipe con la
llegada del día.
32
Un poeta auténtico que diga una mentira
en un poema está condenado, no entre los hombres, que deben tarde o temprano
pasar, sino ante sí, que se traduce ante Dios.
33
Un poema erótico que no produzca
erección en su lector, deseo, nada tiene de erótico, por más intentos que
busque nuestro fracasado autor por otras vías ajenas, claro está, al poema.
34
Poner en palabras la experiencia poética
es una matanza verdadera, demasiado verdadera. Al mismo tiempo es absurdo el
resultado para quien no pueda aproximarse sin una experiencia tan igual a la
que el poeta mantuviera en el breve instante, fino, de la creación.
35
Ni la buena poesía ni el buen poeta
compiten. Es ridículo encontrar escritores maldiciéndose, conjurando,
ocultando. Haciendo sombras para borrar un muro.
36
Las "afinidades selectivas"
del poeta son afinidades personales, individuales. Tomarlas como dones y causa
prima para el texto es estúpido. La vida del poeta, por sus gustos, no lo
llevan al poema. Hay otros factores. Seguir el esquema de sus vidas, su
bohemia, su religión no hará de nadie un poeta. Tampoco nace poesía por el uso
de temas cuyo sentido pueda tocarnos en nuestras afinidades. Poesía de tema
religioso, político, racial, amoroso, sexual. Es cuestión de valores estéticos,
mejor dicho, poéticos.
37
El garante del poema no es el poeta. No
el lector. El garante pertenece a una sutil materia donde la inteligencia poco
tiene que hacer, la emoción un poco más, pero es percibida, vivida por quienes
hacen.
38
De la escuela de Aquilino, jamás surgió
un gran poeta. Lo formado fueron buenos lectores, amas de casa que leyeron sus
textos a sus hijos y nietos, en el tiempo. Aquilino dixit; de la yema y la
clara se hornean tortas, pero no yemas y claras.
39
Los franceses tan adictos al
racionalismo llevaron a Mallarmé a decir aquella frase seguida al pie de la
letra por tanto letrista poeta: "La poesía no se hace con ideas, sino con
palabras". El resultado se advierte en unos textos sólidos como
acantilados en donde el poema se suicida.
40
Dios trino en unidad. Trina es la
poesía en unidad.
41
Aquilino no se cansaba de repetir que un buen
poema debe ser visto como un paisaje, hermoso, deslumbrante, imposible de asir
en sus impresiones. El poema debe olvidarse, hacer todos los intentos. En caso
de ser inútiles, copiarlo, a manera de conjuro y confesarle al lector su
delito. La influencia conlleva mayor traición que la traducción al sernos
servida como champagne auténtica fabricada en casa.
42
El poeta mentiroso dice que no se puede
mentir en poesía. Es difícil entender a esta clase de poetas cuando se trata de
procesos cognoscitivos.
43
En la fachada nunca hay riesgo a corto
plazo. A la larga, todo vuelve al vacío de dónde provino. Pero sí en lo otro.
Se recuerdan versos de Vallejo, Martín Adán, Enriqueta Larriva, Bandeira,
Drummond, Florián, Darío, Velarde, Salustio, Aguirre, Ortiz, Rokha, Cruchaga
Santa María, Silva. Hubo en lo superficial riesgo, aunque no siempre un gran
poeta está sujeto a no caer. El riesgo no se mide afuera sino atrás, en aquello
que mueve en seguridad al verso.
44
Seducen al poeta los reconocimientos,
la soledad, la inteligencia, la belleza aparente, la queja, el egocentrismo,
las utopías, el futuro o la transcendencia, la soberbia, la falsa humildad,
etc. Una cosa es seducir y otra cosa es permitir la seducción abriendo las
puertas para tomar cuerpo en el poema.
45
El verdadero poeta ateo no existe.
46
Poetas hay con versos cuyo contenido es de
vacua factura, los cuales en ningún momento escapan de la banalidad o, por otra
parte, del ejercicio conceptual de la inteligencia, próximos al ensayo, la
filosofía, historia, religión, erotismo, música bajo el artificio de poesía.
Ilustrativos son los escritos profusos de Cardenal Neruda tan raudos en versos
históricos, ideologías, algunos de óptimo frontispicio, peripecias inteligentes
y, no obstante, ausentes de la pretensión original.
47
"Quizá no exista el alma, ni el espíritu,
ni el más allá, pero existe el hombre y Dios que ese hombre encuentra".
Nos dijo Aquilino después de leernos "El Cántico de las Criaturas".
48
La belleza de un poema parte de la calidad interior
del artesano. Esa calidad como Midas conforma belleza. Perdida esa calidad como
Midas conforma palabras pero de forma aparente: ideas al aire, sin gravedad,
imágenes sin fundamento.
49
"El buen poeta se huele", decía
Rubén Darío. Aunque no dijo a qué olía y qué lo diferenciaba, en cuanto al
olfato, de los otros.
50
Los pillos, los bellacos de cualquier
cultura, en cualquier parte se reconocen, se juntan, se protegen. Una rara
aureola los distingue del resto de los humanos. Igualmente sucede con los malos
poetas, con los buenos poetas. Un cierto imán los atrae o los rechaza, pero
siempre andan en grupo o se defienden, atacan o son atacados como dos ejércitos
feroces enfrentados.
51
Si un poeta declara ser inteligente uno se
encamina hacia la otra dirección. Si expresa que su lenguaje, estilo, están
depurados hay que evitar su lectura. Si habla pomposamente de humildad,
sensibilidad y otros atributos algún vendedor está tocando a la puerta.
52
El éxito de un poeta puede obedecer a muchas
circunstancias, no todas ellas denuncian buena poesía: moda, cursilería, gusto
edulcorado, relaciones públicas, ideología política, religiosa, relaciones
editoriales, burocracia oficial, propaganda, vejez lírica, autopromoción, etc.
Lo mejor es no leerlos sino cuando el tiempo pase. De cualquier forma nada
sucede sin ellos y todo está contenido en los clásicos.
53
La sinceridad, la verdad, la biografía, las
emociones por sí solas no edifican el poema. Tampoco la información, cultura,
inteligencia, versificación. Su origen no existe en ninguna fórmula, truco,
esquema. La fantasía, la imaginación, son inútiles. A pesar de todo, hay sí,
una constante: spiritus flat ubi vult. Una pregunta y no la respuesta.
54
Contrario a la creencia popular el verdadero
poeta es un monje. No enclaustrado entre prejuicios, enfrentado en una lucha
eterna contra los deseos, sino un monje que vive como el resto de los hombres,
con el resto de las pasiones humanas, que vive, de hecho, una vida común que la
dignifica de adentro hacia afuera, de afuera hacia adentro. Un monje, esclavo,
que obedece a su condición de búsqueda poética.
55
Es fundamental el presente, la actualidad, en
la obra de arte. Conseguirlo a fuer de elementos contemporáneos, es trampa,
truco que muestra vejez en vez de innovación. Un poeta alcanza su cometido
cuando su poesía se inserta desde su propia vida hasta su ser colectivo. El
lenguaje discurre sin proponérselo, actual, nuevo, natural. Igualmente, los
temas, las ideas.
56
"El poema surge de una pregunta, del
miedo, del deseo, del amor a Dios, de la soledad inexplicable del hombre. Es
posible esto y muchas cosas más, pero se necesita únicamente al hombre,
presente, verdadero, que está ahí con los ojos brillantes de sorpresa mirando
lo extraordinario de la ordinariedad del entorno", posiblemente nos lo
dijo Aquilino. Lo pudiera ser de su maestro.
57
Un poeta lee a otro poeta por mera curiosidad,
para descubrir fraternidad en otro espejo. Nunca para apropiarse de los bienes
ajenos, como aquellos invitados de Penélope. La admiración no tiene interés, ni
es tampoco una vía al saqueo.
58
El origen del poeta no está en la infancia,
tampoco en la obscura adolescencia: está en la pastosa madurez, que muchos
reniegan, insultan, sin ver que la juventud ya ida es la antesala de la muerte.
59
Los niveles de lectura dependen del
lector. En otra forma un lector estúpido estupidiza un poema. El inteligente,
lo "neurotiza", etc. Ídem con el poeta quien por su parte inculpa al
lector para salvarse.
60
La sexualidad pertenece a los sexos no
a los poemas que nunca han tenido géneros, ni siquiera el neutro o el tercero. Banalidades
de la poquedad poética.
61
Una verdad poética dicha por un poeta
puede convertirse en mentira, cuando la traición a esa verdad empieza a teñirla
con las habituales mañas. Ya que nadie en poesía está seguro y una seguridad se
vuelve insegura de no haber un respaldo continuo, enriquecedor, de los
hallazgos.
62
Los seres envejecen. Sin embargo, ni
las formas ni los contenidos del buen poema corren el riesgo. Aquilino nunca
publicó un verso sino después de varios años de espera o de los juicios ajenos.
Nuestra poesía romántica, otrora nueva, y los textos "vanguardistas",
huelen a naftalina, no así Garcilaso, Manrique, Juan de la Cruz.
63
El único truco de la poesía verdadera
es el poeta.
64
El artista, el poeta, latinoamericanos
desdibujan las formas prestadas de las culturas madres. Algo de grotesco,
caricatura, encuentra la mirada europea al comparar tendencias ajenas consigo.
La caricatura surge de la comparación. Sucede que no son los mismos parámetros,
lo observado por uno se piensa en deformidad, lo de los otros, autenticidad.
Del mismo modo, en nuestra tradición, caricaturescos podrían ser los sonetos,
el romance, las glosas, la verborragia de tanta lírica discordante iniciada e
importada desde Europa.
65
Cualquier poema auténtico, es decir,
verdadero, es un poema de amor. No existe otra posibilidad y de haberla no es
poesía. Cualquier otra cosa, pero no poesía.
66
Las circunstancias de su vida hacen que
busque a los poetas.
Se relaciona, habla de poesía, habla
con poesía, se comunica consigo con metáforas y aliteraciones, busca poesía en
los entornos de su instante. Aquilino cuando lo veía actuar lo miraba como si
fuese un auténtico payaso.
67
Siempre se corre el riesgo de ser
idiota con un poema abiertamente de amor, pero quien no lo hace deberá quedarse
a solas, a solas, a solas eternamente.
68
En el mundo anglosajón se ha abusado de
las referencias culteranas en poesía: Pound, Eliot, Zukofsky, los mejores.
Laberintos de crucigrama, mientras los provincianos del atraso colonial se
visten de seda. Recordamos a Góngora, Quevedo, Lope y a nuestras caricaturas de
los siglos XVII y XVIII.
69
Los valores "internos" del
poema son apreciados por aquellos que no se interesan ni ven la parte formal.
Tu-Fu buscaba iletrados. Es una vía. Pero quien conoce mejor esos valores es el
propio autor si sabe despojarse de su ennoblecido ego que siempre dice
"sí, sí, no hay duda".
70
Su hijo dice "mi padre es un
poeta". Su mujer habla de su marido como si el mismo Dante la poseyese. Su
madre nos reitera de su útero artístico. Sus hermanos colocan su nombre al lado
de sus propiedades. El apellido, el nombre del poeta son conocidos, pero nadie,
Dios mío, soporta los versos, que nadie, además, se atreve a leer.
71
Ningún buen poeta ha salido de una
bolsa o beca como dicen.
72
"Pararrayos celestes", los
poetas, es probable. Aquilino nunca habló de inspiración, no obstante, pasaba
años sin escribir un verso. Decía que estaba respirando, respirando. La prosa
es un acto diario, cercano al periodismo.
73
La ayuda óptima para un poeta es no
ayudarlo. Hacer las cosas más difíciles, casi imposibles. A partir de entonces
se sabrá frente a qué tipo de poeta estamos y la ayuda no será necesaria.
74
En un poema se ordena el mundo, se
equilibra, claro, preciso, justo. En un poema se ven las imágenes, las cosas,
los sentimientos. No se ven las palabras, las metáforas, las aliteraciones, la
inteligencia, los adjetivos.
75
La democracia para la poesía no existe,
quien la inventara sólo fue un burócrata cultural en busca de lectores como si
ella estuviese sujeta a términos cuantitativos o de votos.
76
En principio el alcohol no produce
poesía, sino alcoholismo. La droga, adictos. El amor, amantes. Las letras,
letrados, etc.
77
Hay poetas que pulen poemas como quien
pule un hueso. De cualquier forma el hueso seguirá siendo hueso, por mucha
metafísica que tenga un esqueleto.
78
No sabemos leer: nos leemos. De este
modo, sólo en la forma vemos el espejo: Narciso. Ni una pizca de humildad.
Reynaldo Pérez Só (Caracas, Venezuela,1945) Poeta,
traductor, co-fundador y director de la revista Poesía, editada por la Universidad de
Carabobo. Ha publicado: Para morirnos de otro Sueño (1971); Tanmatra (1972); Nuevos
Poemas (1975); 25 Poemas (1982); Matadero (1986); Fragmentos de un taller: Ars Poetica (1990); Reclamo (1992); Px
(Ediciones (1996); Solonbra (1998); Antología Poética (2003); Rosae rosarum (2011).