| Kenneth Rexroth |
Para Marichiko /Kenneth Rexroth //Para Kenneth Rexroth/Marichiko
III
Oh la angustia de estos encuentros secretos
en la profundidad de la noche,
espero con el shoji abierto.
Vienes tarde, y veo tu sombra
moverse a través del follaje
en el fondo del jardín.
Nos abrazamos – ocultos de mi familia.
Lloro con el rostro entre mis manos.
Mis mangas están húmedas.
Hacemos el amor, e inesperadamente
la guardia de incendios se acerca
con faroles y golpeando sus claves de madera.
Qué crueles
aparecer en un momento así.
Alterada por su aparición,
balbuceo sinsentidos
y no puedo dejar de hablar
palabras inconexas.
X
La escarcha cubre los juncos del estero.
Una fina bruma sopla entre ellos
y hace crujir las largas hojas.
Mi corazón rebosante palpita de dicha.
XI
Los uguisu cantan en los árboles florecidos.
Las ranas cantan en los verdes juncos.
En todas partes el mismo llamado
de un ser a otro.
Nubes sombrías flotan en el vacío.
Botes pesqueros flotan en la corriente.
Las velas los impulsan hacia afuera.
Pero las cuerdas, como antaño tejidas
con el cabello de sus mujeres,
los tiran hacia atrás
sobre su reflejo en la verde profundidad,
a los puertos del amor.
XII
Ven a mí, como vienes
suavemente al lecho de rosas de las ascuas
de mi hogar,
resplandeciente a través del bosque
que se encamina a la noche.
XIV
Sobre los puentes
y en las márgenes
del Río Kamo, multitudes
contemplan al personaje de “el Grande”
estallar en un fuego rojo en la montaña
y finalmente extinguirse.
Tu brazo me rodea,
ardo de pasión.
De pronto comprendo –
que es con la vida que estoy ardiendo.
Estas manos arden,
tu brazo que me rodea arde,
mira a los otros,
todos alrededor nuestro en la muchedumbre, miles,
todos están ardiendo –
volviéndose brasas y luego oscuridad.
Estoy feliz.
Nada mío está ardiendo.
XVI
Abrasada de amor, la cigarra
canta. Silenciosa como la luciérnaga,
mi carne se consume por amor.
XVII
Durmamos juntos aquí esta noche.
Mañana ¿quién sabe dónde dormiremos?
Tal vez mañana yaceremos en los campos,
con nuestras cabezas sobre las rocas.
XIX
Paso el día inquieta, soñando
despierta contigo. La dicha me serena
cuando al atardecer oigo
las campanas vespertinas sonar de un templo a otro.
XXI
La luna llena de primavera
se alza desde el Vacío
haciendo a un lado la red de estrellas,
una esfera de cristal puro
sobre terciopelo pálido, engarzada con gemas.
XXII
Esta primavera, Mercurio
está más alejado del sol y
arde, un rayo de luz
en el resplandor del alba,
sobre las incontables
arenas y olas del
océano infinito.
XXIII
Desearía poder ser
Kannon de las once cabezas
para besarte, Kannon
de los mil brazos,
para estrecharte por siempre.
XXVIII
La primavera llegó temprano este año.
Laureles, ciruelos, duraznos,
almendros, mimosas,
todos florecen a la vez.
Bajo la luna, la noche huele como tu cuerpo.
(Versiones Patricia Ogan Rivadavia)
Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California 1982) Poeta, ensayista, traductor, dramaturgo, crítico literario y social. Figura esencial del Renacimiento Poético de San Francisco y difusor de las nuevas corrientes poéticas, entre ellas la de los Beats. LOS POEMAS DE AMOR DE MARICHIKO, originalmente adjudicados a una inexistente poeta japonesa son de su creación. Lo que lo habría divertido cuando la academia comenzó a preguntarse quién era esta autora desconocida para la crítica occidental.