martes, 12 de octubre de 2010

Anselm Hollo: Poemas.

Anselm Hollo, versiones Merceditas Lennon, Esteban Moore


Alborada



el viaje nocturno
ha finalizado

el sol despierta
la radio canta
habla

mi perro pasa trotando
frente a la ventana

es el tiempo de ver
¿qué hay allí?
sin olvidar
aquello
que no estará
(el qué
incluye todos los quienes)

por lo tanto café
aquí vengo

ya llego zapatos míos


destino manifiesto

regresar
a una enorme pantalla de video
en una casa de fresco aire acondicionado,
un estanque para patos en el parque,
bebidas sin alcohol al alcance de la mano,
buena comida norteamericana en el heladera,
(además de
los cuatrocientos billetes grandes en cuenta corriente
y una cantidad no revelada en grandes inversiones)
para disfrutar de una tarde tranquila, sumamente agradable,
observando como la ultísima técnica militar
elimina la pobreza del mundo
en su forma más obvia
                               los pobres.



Anselm Hollo (Helsinki, Finlandia, 1934) Poeta, traductor y ensayista.  Ha publicado más de 30 libros de poesía que han sido traducidos al alemán, francés, húngaro y sueco. Desde 1967 vive en EEUU. En la actualidad  es profesor de escritura creativa y poéticas en el Instituto Naropa, Boulder, Colorado.

Matías Vernengo: in memoriam.

Matías Vernengo (Buenos Aires,1963-San Luis, 2010) Selección de poemas Jorge J. Rivelli.



LUNA DE INSOMNIO

Ella va
entrando

lentamente

por un agujero
pequeño

en la sien
de la noche.



LARGA NOCHE

Tal vez es sólo eso,
el tiempo, la existencia:

un patio con dos aljibes,
los discos de Serú, los de Floyd,

y la espuma que se forma
en la parte superior del vaso
al echar coca en el fernet,

en una larga noche fugaz.


EL ARROYO

Las cortaderas crecen a sus costados,
implacables, como el tiempo.

Y el agua corre entre las piedras
arrastrando fragmentos fijos de memoria.

Mirarse en esas aguas es verse pasar:

todo nace allá arriba
en las vertientes,
baja hasta el exacto ahora,
y luego desciende zigzagueante
hacia esa muerte que espera en el arenal,

donde comienza
ese inmenso valle abierto hacia el sol.

LAS RÁFAGAS DE LOS DÍAS

Al final de la gran salina que se cruza en vilo:

ese momento, al darse vuelta
y mirar.


LA HUELLA

Las manos sobre el piano
en la conciencia de la noche

cavan.

No advierte el extranjero, el visitante,
el que viene de paso, que al dejarse rozar
por ellas, también cavan tras de sí.

Pero nadie se va sin esa huella
hacia otra noche.


Y a veces, solo a veces,
el tiempo es derrotado.


PEQUEÑAS TAZAS BLANCAS EN FILA

Ella dibuja recuerdos en el aire
y clausura las ventanas
para que no entre el viento de las sierras.

Ella pega viejas fotos sobre fotos nuevas
en álbumes que aún no existen

y mira alrededor y espía
la intemperie que se forma a sus costados.

Ella coloca pequeñas tazas blancas en fila
sobre la superficie roja de un mantel.



Matías Vernengo. (Buenos Aires   1963 – San Luis, 2010). Poeta y editor. Ha publicado los siguientes libros de poemas: El gesto del que danza, 1994 (Tercer Premio Municipal de Literatura Luis José de Tejeda 1993, Córdoba) ; El ojo y la cerradura, 1999 (Mención especial del concurso 1999 de Ediciones del Dock) y Cuaderno Blanco, 2009 , Alción Ediciones.  

Francisco Cenamor: Poemas.

Francisco Cenamor


duerme despierta

duérmete mi niña al invierno
sueña que no entierra sus minas el malo
en las venas de las niñas

duérmete preciosa a la ambición
sueña que en áfrica no lloran las miradas
porque aquí hemos empezado a adelgazar

duerme mi nena también a los hombres
cuando pasean sus colas de pavo real
sumiendo a las lunas en la oscuridad

mas despierta tus ojos a la primavera
vive con quien no tiene ganas de vivir
porque otros les soñaron pesadillas

despierta como una niña que despierta
en el mundo de las caricias
no en el de las balas y la deuda externa

desperézate de las palabras que atan
y suéñame enredado en tus senos
donde la vida nos encuentra mañana


el fin de la historia

ya no tiene sentido la normalidad
ha llegado el momento de los disturbios espirituales
de cortar la calle con macetas

plantar magnolias en las autopistas
arruinar el futuro sembrando esperanzas
poner comas entre sujeto y predicado

correr de espaldas palpando el presente
condenar sin juicio, enjuiciar sin condena
subir de dos en dos las escaleras

abrir de par en par las ventanas
de los viejos aposentos modernos
vaciar las estanterías metálicas

acudir silbando a la biblioteca
enarbolar banderas transparentes
que no nos amordacen los ojos

sorprendernos abrazados al paria
al que vino de lejos, a la prostituta
matar de risa al desamor

ir a la oficina de empleo cantando a puccini
pagar la ópera con la cartilla del paro
recitar poesía desde el patíbulo

construir con firmeza en las nubes
y cada noche, soñarse escondido en el jardín
ignorando elecciones generales y tarjetas de crédito

aventuras de barrio

mis aventuras son de aquí de barrio

de amores imposibles cuando descubres a la chica
que en el tren te mira a los ojos cada mañana
haciendo cola en el banco con su novio

de miradas furtivas en la misa de once
que acaban en una cita en el discobar

de bares con olor a frito donde se niegan penaltis

de goles marcados al sábado
como si en ello nos fuese la vida

de aceras por descubrir
ínsulas extrañas do luchar contra los coches
los nuevos gigantes sancho

de valiente muerte juvenil
sobre las ruedas del fin de semana

de equipo de piernas para sillas de ruedas

de mujeres con depresión
que se asfixian subiendo al cuarto piso

de david ecologista intentando abatir
a goliath ministerio de obras públicas

de cola del paro y ley de extranjería

de olmos y plátanos por palmeras y lianas

sin salir de mi ciudad
el mundo se ha convertido
en una apasionante aventura

 niños y niñas

estás y ya no estás
dicen que hay muchos niños
que mueren de hambre cada día
estás y ya no estás

y otros niños nacen cada mañana
como las nubes que no sabes donde
qué tierras mojarán

a veces hay nubes que están
en el cielo mucho tiempo
y un día ya no están
como los niños que a veces ya no están

pero el agua que dejaron las nubes
pueblan cada tierra de raíces
como los niños muertos


Francisco Cenamor (Madrid, España, 1965).   Ha publicado tres libros de poemas.  Es editor del blog literario Asamblea de palabras y coordinador, junto a Luis Luna, del ciclo poético ‘Solo para locos’. Se busca la vida como blogger y actor, además de otros trabajos precarios eventuales.
 

Fernando Sabido Sánchez: Poemas.

Fernando Sabido Sánchez



I

SOLEDAD

En las mujeres que han vivido intensamente
tampoco están las respuestas, las observo
ocultándose en un espanto dramático
o separando los últimos ángulos
con imperceptibles fragmentos de luz

Los ojos del tiempo revelan su desnudez,
si las pregunto sobre el amor, muestran
las heridas del sexo, el perfil del desengaño
y los verdugos

Ahora miran al horizonte confundidas
envueltas en una fe caduca y en su soledad


II

ESPEJISMOS

Presiento que estamos enterrando
las viejas canciones de amor,
que el viento de la umbría
va deshojando nuestro libro
verso a verso
sin demorar el arribo de la muerte.

Recuerdo los gemidos del ensueño,
el ungüento invisible que nos salvó
a veces del naufragio sin juramentos apócrifos,
la infidelidad desprovista
de estigmas, las ascuas.

Y ahora cada palabra, cada letra
vagará por paisajes inhóspitos
de algarabía,
nómadas en una selva de pájaros
que desafinan el silencio
rompiendo como olas
de lágrimas negras nuestros sueños,
tal vez crisálidas a contraluz
trepando la oscuridad
para ponerse a salvo de espejismos
baldíos.

 
III

INTEMPERIE

Aquel hombre virtuoso cubrió tu desnudo
colmándolo de infinitas posturas amatorias
y alumbró con colores los paisajes sepias
pintando acuarelas de imposibles crepúsculos

Hoy, sumida en la confusión, has renunciado
a abrasarte con el resplandor del sexo
y eliges recorrer descalza otros laberintos
seducida por el vértigo de la intemperie

¿Qué fue del huracán que rompió los cristales
de una piel revestida de asexualidad?


IV

ME AMARÁ SIN PREJUICIOS LA MUERTE

Amé en secreto muchas veces implorando
pasiones inéditas, rompí escarchas lleno
de esperanza y encontré corazones convexos
Me negaron mujeres de sexualidad imprecisa
y abracé cuerpos desnudos con deseos ajenos,
hasta el siempre prosaico reducto de la infidelidad
alcanzó a rechazarme.

Amé labios que me ocultaron la sonrisa,
a mujeres de sexo solidario inmersas en la causa
con una fe ciega y el alma empapada
Amé vírgenes aferradas al dogma de hogueras
pretéritas, a prostitutas y en verdad,
a mi mismo.

Podría contar la realidad con palabras
más dulces, si no supiera que algún día
me amará sin prejuicios la muerte.


VI

LA ETERNIDAD

Suspendidas en la duración de Zeus,
deslumbrantes estatuas entonan panegíricos
a los dioses del Olimpo
Erectas, con los ojos saturados
de belleza inacabada semejan espiras
que gritan o susurran en función
de un viento despiadado

Rebosa el tiempo y las excita
un ansia de inmortalidad


VII

EL VACÍO

En mis sueños siempre habita el vacío
que recorro en un vuelo ingrávido
por el olor a misericordia de las noches
Llego hasta el alba
y no tengo a nadie que me espere
hasta la luna se oculta para repudiarme
en un paisaje de sombras
más allá de la muerte

Cae gota a gota una lluvia
que desnuda con lamentos mi alma
y sobrevive el miedo a la inexistencia
Se tensa el vértigo y rozo con los labios
la belleza al perderse
en la luz impalpable de la negación


VIII

NO PUEDO PROMETERTE AMOR
MIENTRAS ME DESANGRO

Sobre mi sexualidad llueve en horizontal,
es un error considerarme incompatible
con un cuerpo malgastado en el que el alma
se mantiene incólume
En el exterior la noche es hermosa,
sin embargo, aún gotea la sangre
de heridas que me ocasionó la mordedura
de la serpiente

No puedo prometerte amor mientras
me desangro, el amor heterosexual
que apeteces de un ser cuya naturaleza
es imprecisa
Intentarás entenderme y aflorarán
las mentiras, entretanto, puedo
enseñarte algunas fotografías antiguas
que no me incriminan

Quizá no sea del todo ilícito mostrar
las apariencias y regresar al prólogo
No confíes demasiado en poder revelar
los enigmas, aún eres muy joven para
encontrar respuestas a un comportamiento
que la sociedad juzgaría execrable


Fernando Sabido Sánchez.  Peñarroya (Córdoba, España (1950). Ha Publicado: EL PASO DEL TIEMPO (2007); LAS DIOSAS ESCONDEN SU SEXO DETRÁS DE LA LUNA (2009);VIVENCIAS, MENTIRAS Y ALGÚN MATIZ UTÓPICO (2010); LA MUERTE SIEMPRE CONCLUYE SU TRABAJO (2010). Sus poemas han sido traducidos al catalán, italiano, rumano y portugués y fue incluido en diversas antologías poéticas de España