lunes, 4 de noviembre de 2019

Darío Canton: La mesa (fragmentos)



Dario Canton







































III. TIPOS DE MESAS

Hay mesas
de muchos oficios
como ser
mesas de carpintero
mesas de billar
mesas de dibujo
mesas de operaciones
mesas de torturas
mesas de saldos
mesas de correos
mesas de cambios
mesas revueltas
lanzadas
a hacer la revolución
mesas electorales
de funcionamiento
discontinuo
mesas de cigüeña
encargadas
de traer
las mesitas de París
mesas libro
como este caso
lo ilustra
mesas mariposa
coleccionadas
por románticos
o sádicos
de ambos sexos
mesas de rentas
hoy eliminadas
en las repúblicas socialistas
mesas generales
de diverso uso
incluido el de gobernar
mesas generalas
privilegio
otorgado
en algunos países
a vírgenes objeto
de veneración local
mesas redondas
o aquéllas
organizadas
por quienes no se atreven
a propiciar
idénticas camas
y mesas de entradas
en verdad
mesas finales
bocas
que todo lo tragan.
Como si eso
fuera poco
la mesa
es la forma básica
del mobiliario
la casa toda del hombre:
la cama es una mesa
hoy más bien baja
que sirve para dormir;
la silla es una mesa
con respaldo mayor o menor
usada para sentarse
en la que se acuesta el gato;
la mesa de luz
la cómoda
el escritorio
el aparador
el trinchante
¿qué son todos sino
variantes
de una forma única
de mesa?

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VI. MESAS CÉLEBRES

Son muchas las mesas
que han brillado
en la historia
con luces propias.
Puestos a seleccionar
recordaremos
entre los romanos
a Mesalina
que era una mesa promiscua
famosa por las orgías
a las que se entregaba.
En el mundo islámico
la mesa de Mahoma
ha llegado
hasta nuestros días
en dos palabras
que son el símbolo
mismo de esa religión
MECA
de Mesa - Meska
con caída posterior
de la s
y MEZQUITA
de mesa-qwita
«el lugar de la mesa»
con metaplasmo
por contracción;
igualmente en el dicho
vigente
en un área mayor
que la de su origen
«si la mesa
no va a Mahoma
Mahoma va a la mesa»
con el que
se pone de manifiesto
el altísimo respeto
y consideración
que por ella sentía
el jefe del Islam
hasta el punto que
según la tradición
era generalmente el profeta
el que iba a la mesa
y no a la inversa.
En el mundo cristiano
la mesa
de la última cena
ha sido particularmente
reverenciada
si bien un aire de misterio
la rodea
–¿cómo explicarnos
por ejemplo
el que aparezca
siempre cubierta
por un mantel?
Acaso para hacer resaltar
la trascendencia
de la escena
pero
se lo siente
como implicando
que hay algo en la mesa
–o debajo de ella–
cuya revelación
está vedada.
Completamente distinta
por lo insólita y secular
es en épocas recientes
la mesa de disección
de Lautréamont
sobre la que surge
lo bello
a partir del encuentro
de una máquina de coser
con un paraguas
–descosido, seguramente
lo que dio lugar
al «enganche».
A la galería
de los seres imaginarios
pertenece
nuestro último ejemplo
uno que ha escapado
a la mirada erudita
de Jorge Luis Borges
en su libro sobre el tema:
se trata
del mesántropo
híbrido de mesa y hombre
objeto
de una obra
en que se pintan
las desventuras
que este ambiguo ser
sufre
por su doble
y desgraciada condición
escrita por Molière.

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XII. PATOLOGÍA

La palabra mesa
tiene
a pesar
de su preclaro sentido
algunas desviaciones
todas
debidas
a alternancias
vocálicas
que sirven
para subrayar
por contraste
su pureza.
MASA es
una mesa
fofa
blanduzca
carente
de la reciedumbre
que caracteriza
al original;
MISA
es una mesa
particular
consagrada
al culto
ocasión
en que se reúnen
los fieles
o los infieles
según el caso
pues existen
también
misas herejes
–es de hacer notar
sin embargo
que toda adjetivación
es ajena
sobreagregada
impuesta
externa
a la esencia
de la mesa
por naturaleza sustantiva.
MOSA
es una voz
que ortográficamente
no existe
salvo como río
aunque tiene
o tenía vigencia
en la lengua hablada
del Río de la Plata
y aún se la puede escuchar
–mal pronunciada–
a recitadores cursis
o maestras de escuela
y bien dicha
en viejas grabaciones
de 78 r.p.m.
y obras de radioteatro;
MUSA
por último
es otra voz
casi extinguida
debido al abuso
que de ella
hicieron
poetas
pintores
músicos
y demás artistas
–sólo se la encuentra hoy
en los diccionarios
y en algunas tiendas
de antigüedades.



Darío Canton (1928, 9 de Julio, Provincia de Buenos Aires). Profesor en Filosofía (UBA, 1952); M.A. in Sociology (University of California, Berkeley, 1963); Profesor Honorario de la UBA (2013). Es autor de los siguientes libros de poesía: La saga del peronismo (1964), Corrupción de la naranja (1968), Poamorio (1969), La mesa (1972) –reeditado en 2019 por Zindo & Gafuri–, Poemas familiares (1975),  Abecedario Médico Canton (1977) y del suplemento unipersonal ASEMAL.
Tentempié de poesía (1975-1979). También, de un magno proyecto autobiográfico, de más de 4000 páginas, llevado adelante durante años y ahora concluido: De la misma llama, en nueve tomos (ocho volúmenes), publicados entre 2000 y 2017: La historia de ASEMAL y sus lectores, Berkeley (1960-1963), Los años en el Di Tella (1963-1971), De plomo y poesía (1972-1979), Nue-Car-Bue (1928-1960), Malvinas y después (1980-1989), La yapa. Primera parte (1990-2006), La yapa. Segunda parte (2007-2016).
Sus poemas aparecieron en cuatro volúmenes colectivos fundamentales: Antología de la poesía argentina (tres tomos), preparada por Raúl Gustavo Aguirre, y, en el año del Bicentenario en tres antologías: 200 años de poesía argentina, con selección y prólogo de Jorge Monteleone, Antología de la poesía argentina de Daniel Samoilovich y Poesía argentina para el siglo XXI de Andrew Graham-Yooll.
En sociología publicó: El Parlamento Argentino en épocas de cambio: 1890, 1916 y 1946 (1966), Materiales para el estudio de la Sociología Política en la Argentina (1968), La política de los militares argentinos: 1900-1971 (1971), con José Luis Moreno Pequeño censo de 1927 (1971), Gardel, ¿a quién le cantás? (1972), Elecciones y partidos políticos en la Argentina 1910-1966 (1973), El pueblo legislador. Las elecciones de 1983 (1996), con Jorge R. Jorrat Elecciones en la  ciudad (tres tomos; 1864-2007) (2007), y con Luis Acosta y Jorge R. Jorrat Una hipótesis rechazada. El rol de los migrantes internos según Gino Germani en los orígenes del peronismo (2013).
Su página web: www.dariocanton.com





Gregory Corso: Ejército



Gregory Corso






















Tres veces he visto al fantasma de Patton calzando sus dos pistolas
alabando en las sombras las guerras      canoso y enloquecido
sus gordos pulgares demandando violencia con la chabacanería
                                                                        / de un colegial.
Él odia a Dios él tiene alquímicos cañones apuntándole!
Ángeles acosados (trapos embebidos en vino) asesinados por sus órdenes
por sus batallones  de desorbitados borrachos
cuelgan (no como el dulce Alejandro los habría colgado)
sino como trapos en el aire de Dios manchado por las bombas.
Sin embargo… aquellos que mueren con la mayor cortesía
se convierten en el terrible aplauso en cualquier gran derrota.
Recuerden…
temblorosas  aristocracias       condenadas
las risas,  indican que sólo podrán matar moscas.

Yo pienso en la guerra míticas guerras
fluyendo de las arrugadas bocas de los bardos
guerras que profanan las lágrimas
elevan terribles iniquidades
zambullen quejas en un noble  discurso
blanquean el cabello niño del mundo
guerras que se vuelven locas
que destierran al buey orinante  al cerdo degollado al cisne enclavijado
guerras que beben moras
guerras que mean detrás de la horrible choza de la granja
guerras  guerras  guerras
guerra: una hora bendita
hurtada del cielo de Dios.

Yo dejé al ejército de la imaginación
afligido por la convocatoria penitencial
sobre mi hombro un arma hinchada—
me dirigí a guerras instantáneas
mis medallas eran rostros que reían
en mi mano sostenía un diploma de Rifle[1]
¿Ah qué guerra será la próxima? Me paré en el umbral
mi enguantada mano militar, sus golpes desdichados
provocaron a la puerta de la Paz;
Atenea requiere la indignidad de mi presencia.

Mis pies caminaron sobre un viejo bombardeo
mi sendero acordonado por generales firmes como columnas
oscuros meditativos. ¡Así que esto es! grité ¡la tristeza de los Generales!
Me senté un rato en los brazos de Eisenhower y dormí
y soñé que una gran bomba había muerto,
su retumbante sonido de muerte un estentóreo heraldo
en el pecho de mi cama humana.

Corrí por la bombardeada extensión de la guerra
al norte del Rzhev
en la curva del Don
sobre el montículo de Stalingrado
eludiendo el cuartel del Estado Mayor Alemán
huí de Rostov (confundido)
la única salida el estrecho de Kerch
¿Y ahora hacia dónde? ¿Hacia dónde?
Más allá de la Crimea
—una solitaria oscura mojada canasta de mimbre.
Oh las cuencas del Don
del Volga
la gran curva en el curso del Don
los generales Vatutin Golikov Kuznetsov
Leliushenko
¿Cómo puedo amar al Ejército?
¡Las palomas graznan su maldad!
Nada que yo conozca desea la muerte de un hombre joven
(quizás el Ejército)
Un conciso proyectil apuntando  al corazón
nunca puede separar a la juventud de la juventud
(quizás el Ejército pueda)
Incluso con todos sus cascos
¿Quién puede amar al Ejército?
(Ejército)

El Ejército camina sobre el campo de batalla y no retrocede
El Ejército se arrodilla ante el cuerpo de los muchachos que cayeron 
y se deleita en la fragancia de sus bocas quemadas por la pólvora
Al Ejército le gusta trazar jeroglíficos sobre la tierra
con los fragmentos de una juventud lírica.
¿Cómo puedo entonces amar al Ejército?

En la ilusión de la trinchera donde estoy sentado
dibujando secretamente imágenes de mi madre
sé que sólo soy un muchacho estúpido esperando que lo maten
Sin embargo no conozco del hombre cosa alguna que desee mi muerte.

Ellos dijeron matá al muchacho y así lo hice.
Me hubiera gustado tirarle a la distancia
pero me obligaron a apoyar la pistola en su nuca
Yo grité
pero el ejército convocó la banda militar
(sus aportes de prestigio y moral)
y rápidamente mis sollozos se transformaron en canto.

Que la guerra me brinde la oportunidad
de apreciar mi propia respiración
      es maravilloso
Que yo pueda morir sin perder todo mi bello cabello
       no está prohibido
Que  sueñe con Fortalezas Volantes y no con Jane y mis gatos
       podrá ser perdonado
Que yo pueda destrozar el rostro de otros jóvenes
Que pueda quemar sus cabezas
Que pueda darles rodillas humeantes
Que pueda
Ejército sucio podrido — ¡Oh mi corazón!
Yo sé que te agradaría que cultivara la amistad
de otros soldados, mis compañeros
¡pero no lo haré!
Esta noche cuando los gritos de ataque nos devuelvan a la infancia
no me gustaría escuchar a aquellos destrozados por lo proyectiles decirme:
“La muerte es una oscuridad que consume     ¡qué deprimente!
He oído eso en todas tus otras guerras.
Qué triste el primer compañero al que tomé de la mano en su muerte
quién en palabras de sangre dijo:
“Que un soldado no pueda morir una muerte singular es lamentable.”

Rommel guía a Hollywood a través del Sahara
Montgomery huye apresuradamente
Zhukov  penetra en Berlín sus pisotones resuenan como 
                                                 / los baños termales de Caracalla 
Rundstedt se oculta en el bombardeado teatro de ópera
sus botas lustradas recogen el  polvo en el salón de atrás del café Gigli
Guderian  con lágrimas en sus  ojos con esvásticas revisa
las heridas producidas por horquillas ucranianas en sus amantes los                                   
                                                                                              /tanques

Eisenhower se arranca el apéndice
para poder dirigir saludable rico y sabio todo el asunto
Y en la distancia  a millas y millas de allí Rayban MacArthur
se moja hasta las rodillas en los mares del trópico
los mutilados hijos de Buda pasan  flotando sus ombligos tienen  forma de   
                                                                                                 /águila.

¡Batallones!  ¡Pelotones! ¡Guarniciones!
En todos lados  Donde van Hacen la guerra
mano en mano
sus promesas, mutuas
sus corazones defectuosos
En todos lados  Donde van ellos matan
algunos escriben diarios personales
algunos llevan  poemas
todos leen una oración sagrada
la sagrada oración del Ejército
¡Santificado sea Papá Patton quien nos guía
hacia los salones de billar y prostíbulos  de la guerra!
¡Santificado sea Papá  Patton, él nunca enfrentaría a Nabucodonosor!
Él nos guía como un padre una madre en familia hacia
¡la Muerte!  ¡la Muerte!  ¡la Muerte!  ¡la Muerte!
¡Balas en nuestros ojos azules, Santificado sea Patton!
¡Granadas en nuestros vientres, Patton!
¡Tanques  sobre nuestro brillante y rubio cabello!
 ¡Oh Harpo Muerte y el sonido metálico de tu Arpa, escuchá! [2]
¡Santificado sea Patton que entrega las colinas a la Muerte!
¡Ejército! ¡Ejército! ¡Ejército! ¡Ejército!



Gregory Corso (1930-2001) Nació en Nueva York, ciudad en la cual durante su juventud conoció el reformatorio y la cárcel. En 1956 se traslada a la Costa Oeste donde participa de las actividades culturales de la zona de la bahía de San Francisco, transformándose en una de las figuras legendarias de la emergente Generación Beat. William Burroughs ha expresado que Gregory Corso tiene un don excepcional, posee una voz, una voz que remite sus ecos a través de la precariedad de un incierto futuro.
Desde 1961 alternó su residencia en Nueva York con estadías en Europa donde fue escritor visitante en diversas instituciones educativas. En vidapublicó entre otrostítulos: The Vestal Lady on Brattle (1955), Gasoline (1958), The Happy Birthday of Death (1960), Long Live Man (1962), Elegiac Feelings American (1970), Herald of the Autochthocnic Spirit (1981) y M.I.N.D.F.I.E.L.D. (1989)











[1] Rifle: Ref. a NRA National Rifle Association
[2]Referencia a Harpo Marx y  Apocalipsis 14.2



SANTIAGO SYLVESTER

Aníbal De Grecia: Poemas



Aníbal De Grecia




















Intenté escribir un poema inmortal
y  murió en mis narices
Soy un dios berreta
casi ateo de mí.

*

Voy adherido a la poesía
ese pecado que exhiben mis demonios.


*
Me evangelizaron
me convertí en insecto
fui ungido con saliva insecticida
Ahora predico Poesía
desde el cadáver del que fui.

*

Froto mi cadáver y lo veo sonreír.
Nada más triste que la felicidad
tallada en la ceniza.

*

La tristeza es un huésped inestable
cuando se va deja su cadáver

lo pongo en el freezer
hasta que vuelve 

Entonces
nos sentamos en su sepulcro
y entre mate y mate reímos como locos
con el corazón aterrado
esperando otra huida. 

*

De su soledad
nació una multitud
que solo a ella existe.

*

JUGUEMOS A PERDURAR
En el rostro de una mañana oscura donde mi cabeza es un faro que se apaga.

UNO
La historia nos ha tragado en un estallido
que precede a una nueva historia.

DOS
Mi cuerpo envuelto en madera
Nace en la boca del dios que me espera en posición fetal.

TRES
Hay un germen en el gueto de tu memoria
que se alimenta del dios que es él en vos.

PRESA
Soy un bocado quebradizo de la tierra que me espera
también un hombre inconcluso


Aníbal De Grecia (Buenos Aires, 1974) Ha publicado: Poemas Para Sobrevivir (2012); Tres Abismos Un Puente (2012);  Poemas Para Incinerar (2015); Encadenados – Rockvolución (2016); Tenog, Libro de a dos, Aníbal De Grecia + Susi Marianetti (2018). Reside en Oberá, Misiones.




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Rafael Oteriño en Lecturas en el CCC 1