Kornelijus Platelis |
ENCUENTRO AL ATARDECER
En la
biblioteca de un palacio, mirando por la ventana
Un atardecer
de invierno,
Se abren
de pronto los estantes y entra un niño
Con una
canasta de frutas y rosas.
La
oscuridad se condensa, las ideas se enredan misteriosamente.
Hoy
-dice-
Me ha
sucedido algo muy raro:
Iba por
un sendero del parque y repentinamente estaba
En una
habitación oscura con estantes
Llenos
de rectángulos en fila,
Allí un
hombre entristecido veía por la ventana
Un atardecer
de invierno.
GUARDIA NOCTURNA
Tras el
crepúsculo cruzan las puertas golpeando
Con sus
piernas de hierro el adoquín cubierto de herrumbre,
La
ciudad se estremece
Y se
hunde en un negro olvido. Bajo sus pies
Las
calles se extienden como enormes luciones. ¿En dónde está?,
Pregunta
sombrío el jefe de la guardia
A los
faroles de la calle que la oscuridad difunden,
Pero
éstos oscilan como si los moviera el viento
y se
cubren de humo. ¿En dónde está
El
espejo de los dioses, diamante de mil caras,
-La ronca
voz del pregonero hace temblar la oscuridad-
Bajo qué
lodo, bajo qué moho,
Bajo qué
flores mañana malolientes?
Para qué
lo queréis -pregunta la climátide abrazando la vieja capilla.
Para qué
lo queréis -pregunta desde el callejón
el
amarillento olor de la orina. Queremos -dice la guardia-
tajar
con la espada su corteza, herir
su alma
adormecida, elevarlo al negro
océano
de la noche como un farol...
No os lo
daremos -la climátide estrecha fuertemente la capilla.
No os lo
daremos -estalla la peste amarillenta de la orina.
No os lo
daremos -dicen los faroles, la oscuridad y el humo.
Los
sarcófagos de los dioses, mudos,
Se meten
más profundo en sí mismos. Todavía la mañana
tardará
mucho en llegar.
DOS CAMINOS
Hay un
camino del sabio y uno del guerrero. El primero
Lleva
por el fangoso y equívoco
Pantano
del conocimiento de la verdad,
Continuo
litigio con los dioses.
Cuando
hay que decidirse a actuar,
No se
sabe quien elige los medios:
El sabio
o el mercader.
A veces
es claro que decide el mercader
En nombre
o en lugar del sabio.
Adónde
lleva este camino,
No lo
sé.
El
camino del guerrero conduce por jardines de pureza,
Por el
filo de la única verdad.
Es el
camino de la voluntad, no del conocimiento,
No se
mancha en él el alma.
No hace
falta decidir.
Adónde
lleva este camino,
Tampoco
lo sé.
Ambos
desaparecen tras la colina del cementerio.
Queda
todavía el camino del mercader,
Por el
que vamos.
LECHE Y TOMATES
ella le dejó una nota: querido
compra dos botellas de leche y dos
tomates después de leerla él se quedó un largo rato
sentado en un banquito en la cocina
imaginándose cómo la leche en el vaso
blanca y cremosa
es blanca como la piel de su rostro
y cómo escurrirá desde sus labios a su vientre
y ella se secará con una servilleta
blanca y los tomates
rojos como labios y un hilito
de su jugo correrá por su barbilla de mármol
hasta que una mano blanca la seque
(¡tan jugosos tomates!)
sus ojos brillarán de deseo
llevará el vestido blanco
o la falda a cuadros
y él sin falta comprará
dos botellas de leche y dos
tomates
HADES RAPTA A PERSÉFONE
Una mosca golpea contra el vidrio buscando una ranura de
calor,
los dientes de una sierra se aferran ávidamente a los
leños,
Hades toma a Perséfone en sus brazos y, resoplando,
apenas levanta su enorme trasero de la tierra,
los negros corceles aguardan enganchados
y cavan en el suelo con sus cascos; unas ninfas muslonas
se estrujan las manos, golpean contra el aire que se
enfría, sollozan
como sierras. Fluyendo sin cuidado
el tiempo se congela en formas, la vida en sus signos,
el agua en estrellas de nieve, la experiencia en
alusiones
que espolvorean la poesía, expresando el luminoso
paisaje
de la vida, difundiendo el aroma de Hades.
HOSPITAL ST. ELIZABETH
para
Craig Czury
Our dynasty came because of a great
sensibility
Ezra Pound, Canto 85
Del otro lado del río Anacostia, a la sombra de los
árboles,
Santa Isabel rebana una tarta redonda
con un largo y resplandeciente cuchillo, y amablemente
lo reparte
entre los asistentes al curso de poesía que esperan en
fila.
Sus brazos atados a sus cuerpos hasta los codos,
sus ojos tan redondos como un sol de tarta,
se estiran graciosamente mientras comen: el destino
de la poesía es reparar conciencias y mundos. De pronto
un teléfono suena: llamada para Santa Isabel.
Me da el cuchillo y me pide que siga rebanando.
Mientras la hoja viaja de una mano a otra,
el sol rebota en ella y destella en los ojos
cortando su redondez como el cuchillo
la tarta. El mundo se parte
en una miríada de fragmentos y durante un pestañeo
todavía se mantienen adheridos antes de desmoronarse. Yo
Nuestra
dinastía llegó
gracias
a su gran sensibilidad.
Tras
todos los pabellones de nuestros palacios
ahora
miro por la ventana de John Howard.
Desde
la sombra de los árboles sin hojas
hasta
un tiempo nuevo del otro lado del río.
Nuestro
pensamiento vagaba en otra parte
cuando
se abrieron las puertas.
Nuestra
dinastía se basaba en una estricta jerarquía
al
contemplar la belleza.
Las
paredes de derritieron hace muchos años
mientras
yo escuchaba lugares prohibidos.
Nuestra
dinastía estableció el orden en la poesía
y
se derramó por los bordes de la forma.
¿Voz
interior? Cada uno de nosotros tiene muchas
voces
interiores. ¿Cuál de ellas queréis escuchar?
Nuestra
dinastía fue hospitalizada
a
causa de su gran destino.
El
nuevo mundo nos inyectó tranquilizantes
y
nuestra conciencia se volvió de madera.
Santa
Isabel nos tomó bajo su custodia,
y
el amor derritió nuestra voluntad.
Los
fundadores de los valores equitativos del mundo
comenzaron
a curarnos con nuestra propia poesía.
La
leche inagotable del cántaro de Santa Isabel
minó
los fundamentos de la jerarquía.
clavo el filo en la tarta, la realidad
fragmentada se pega, una extraña esperanza se sella
después de haber brillado entre las grietas. Los
asistentes
al curso de poesía bajan dócilmente la mirada.
El bálsamo de las palabras se filtra por las paredes de
la sala:
pegamento de conciencias y cosas con los brazos
vendados,
el sabor a metal en mi boca se transforma en la dulzura
de un biscocho,
enviándonos de vuelta a la armonía, abriendo
el camino de la memoria a ningún lado.
(En este texto se utilizan partes de un poema-fusión
elaborado por Craig Czury a partir de fragmentos de poemas de pacientes del
Hospital St. Elizabeth.)
(traducción
del lituano Gerardo Beltrán
Kornelijus Platelis - Esteban Moore |
Kornelijus
Platelis (Ŝiaulai, Lituania, 1951) Poeta y traductor. Ha
publicados varios volúmenes de poesía y ha traducido a su lengua a Ezra Pound,
T.S. Eliot y a Seamus Heaney, entre otros poetas de lengua inglesa.