Esteban Moore es un destacado poeta, ensayista, cronista y traductor argentino, nacido en Buenos Aires en 1952. Entre sus libros de poesía se encuentran La noche en llamas (1982), Providencia terrenal (1983), Con Bogey en Casablanca (1987), Instantáneas de fin de siglo (1999), Partes Mínimas (1999) y El avión negro y otros poemas (2007). Inscripta en la denominada generación poética de los ochenta, la poesía de Moore se caracteriza por una dicción tan rigurosa como imaginativa que, a lo largo del tiempo, ha sabido perfeccionarse, capturando tradiciones y traducciones, y estableciendo un puente sólido con su presente.
CLIMA DE ÉPOCA reúne tres momentos de la obra poética de Esteban Moore. Pensada en torno de tres extracciones precisas sobre su producción escrituraria, esta muestra busca capturar, como lo anticipa su título, el aire de una conversación: una primicia escurrida a lo largo de décadas.
Los poemas de este volumen, publicados originalmente a finales del siglo pasado, exponen esa cualidad tan particular de su escritura que Joaquín Giannuzzi definió como «la identidad de su acento». Me refiero a una notoria inclinación prosódica del texto poético, que parece albergar una dimensión sonora capaz de articular en su propio interior una serie de cruces, transacciones, homenajes e intensidades. El oído, el oficio y una lectura eléctrica de la tradición se conjugan en una voz ineludible que respira el aire de lo contemporáneo: sus minucias, sus restos y su condición histórica. Esa particular inclinación sonora, evidente en el texto, por ejemplo, a través de los cortes de verso que marcan, como huellas, cicatrices y borrones, el filo del instante —su propio clima de época—, es clave para entender su experiencia poética. Se trata de una musicalidad, en suma, que remite a lo mejor de la tradición anglosajona e hispánica y que parece convivir con una de las tradiciones más potentes de nuestra literatura rioplatense: la conversación.
A la saga de escrituras como la de Alberto Girri, Ezra Pound o T. S. Eliot, su dicción explora las posibilidades rítmicas del verso. Sus poemas, por lo tanto, instauran un movimiento fluido, sumamente elaborado, que parece exponer la anatomía de una voz que se postula a sí misma como objeto de exploración, prueba y laboratorio. Es, por ello, que los poemas extensos de Moore, como los que recoge CLIMA DE ÉPOCA, resultan menos un ejercicio pletórico que la puesta en marcha de un ritmo convocante, en el que la rigurosidad técnica articula un denso y variado corpus de lecturas con el presente urgente de una charla. Ejercicio retórico (en el sentido más potente del término), performativo y vital, su escritura nos enfrenta a la escena de una voz (y un cuerpo) que expone la intensidad de un tiempo repentinamente histórico. Facundo Giménes, (ediciones es pulpa, Mar del Plata, 2024)